Anoche fue el turno de la entrevista a Alberto Garzón en la Noche 24 horas. Entrevista complaciente como todas las que hace la televisión pública a miembros del Gobierno. Garzón acusó al juez García -Castellón de haber actuado en el caso Dina por intereses políticos y no técnicos. De los periodistas allí reunidos: Esther Palomera, Lucía Méndez, Jesús Maraña y Antonio Casado, solo este último le pidió una rectificación al ministro por sus palabras al cuestionar la independencia del poder judicial.

Obvia decir que el ministro de Consumo se ratificó en sus palabras y se acogió al derecho a la libertad de expresión. Desde Unidas Podemos, socios de Gobierno de Sánchez,  también han acusado al juez de la Audiencia Nacional de poner en peligro el prestigio de la justicia.

Esta idea de criticar a los jueces permanentemente en función de las sentencias que dictan, según sean de nuestro agrado o no o de los procedimientos judiciales que inician para una investigación, pone en serio peligro la separación de poderes que debe primar en un estado de Derecho.

Garzón es otro de los ministros que debería haber sido cesado hace tiempo cuando afirmó que el turismo es un sector precario y de bajo valor añadido. Un sector que es el motor económico de España, donde representa el 13% del PIB y genera el 12% del total del empleo en nuestro país. Puntero y competitivo como pocos.

Ni dimitió entonces ni lo hará ahora.