I

Sigue lloviendo.  Día gris y desapacible, como el ánimo de muchos de nosotros. Primer día de confinamiento. En spotify suena Contigo de Joaquín Sabina. Hoy no iré al pueblo, ayer compré todo lo necesario. Dentro de un rato bajaré a prepararme un zumo de naranja y a soltar a los perros. Los guardé anoche porque estaba lloviendo y aunque tienen la puerta abierta no entran si no les acompaño. Prefieren mojarse. Dida ya me ha dejado el regalo en casa esta mañana. A Sénia le ha abierto a primera hora antes de que lo hiciera.

Ayer estuve de limpieza. Vienen bien estos días para organizar un poco la casa. Hoy toca seguir limpiando.  Le meteré mano a la cocina que falta le hace. Antes no la pisaba, pero ahora no salgo de allí.

Agustí Garzó, director de comarcas de Levante EMV, me llamó ayer para decirme que me hiciera unos selfis, donde se viera algo de naturaleza y animales. Me quedé intrigado. No sabía muy bien para que lo quería. Me dijo que luego me lo explicaría. No soy muy de selfis. Vi a Jorge y le dije que me hiciera un par de fotos. Se las mandé por correo. Yo había escrito unos días antes un artículo titulado: “La felicidad de vivir en el campo”, donde exponía mi experiencia personal del confinamiento aquí en la finca.

Hoy Agustí ha publicado en el periódico algo relacionado sobre este tema, ilustrado con una de las fotos que le mandé, donde aparezco con los perros. Ya le he dicho a Luis que me guarde un ejemplar. Siempre que puedo me gusta guardar el recorte de prensa con los artículos que publico. Los tengo amontados en la estantería unos sobre otros. Quizá ahora sea el momento de ordenarlos.

                                                                           II

Hoy he bajado al pueblo y he aprovechado para comprar algunas cosas que me hacían falta para llenar la nevera. Carne, embutido, verdura, pan y algo de fruta. La verdura es congelada. He comprado un par de bolsas de guisantes. De pequeño no me gustaban nada. Le pregunto a Rosa cómo es la mejor forma de prepararlos. Si echándoles un poco de agua o si con la que llevan al estar congelados es suficiente. La verdad es que ando un poco perdido con la cocina. Me dice que ella le añade medio vaso de agua. Con un poquito de jamón y cebolla están buenísimos. Además, comer verduras es muy saludable, aunque yo soy más de carne y pescado.

He pasado por el estanco a recoger el periódico. Ayer publicaron un artículo hablando sobre mí. Hoy ha salido la necrológica de Javier Calvet.

No llueve, aunque sigue nublado. Día desapacible y gris. Nadie diría que ha empezado la primavera. El trabajo se acumula en el campo al no poder entrar todavía con los tractores. En cuanto se pueda habrá que tratar los almendros contra el pulgón. La viña ya está moviendo. El agua es la única notica positiva entre tanta tragedia.

Esta mañana he pedido una canción en la radio. En un programa que se llama La Rotonda que presenta Joaquín Guzmán. Es la emisora que llevo puesta cuando voy con el tractor. Cada mañana la oigo. Quería dedicársela a todas las personas que siguen con su trabajo, poniendo en riesgo sus vidas, ayudándonos a los demás para que todo sea más fácil. Me refiero a médicos, enfermeros, farmacéuticos, cajeras de supermercado, empleados de tiendas y supermercados, transportistas, reponedores, empleados de gasolineras, panaderos, carniceros, limpiadoras,…

 Cuando estaba esperando en la panadería de Adela ha sonado la canción. No he podido escuchar la dedicatoria. Ha abierto el programa la canción que había solicitado: Qué bonita la vida, interpretada por Dani Martín y Alejandro Sanz. Un canto a la vida justo cuando más lo necesitamos.

                                                                               III

Hoy he cambiado de menú. En lugar de entrecot he comprado cadera de ternera. Muy tierna y jugosa. Entre la babilla y la cadera, Nacho me ha recomendado la cadera de ternera. El solomillo y el entrecot están por las nubes.

Esta mañana se me han pegado las sábanas. Quería llamar al centro de salud a las 8 para pedir una receta. Sigo con las crisis de ansiedad. He hablado con Rosana y me ha dicho que el médico se pondría en contacto y efectivamente lo ha hecho.

Sobre las 12 me ha llamado. He encontrado unas pastillas que me recetó el neurólogo cuando me estuvo tratando una crisis de ansiedad y le he consultado si podía seguir tomándomelas. La caja está casi completa, así que no ha hecho falta ir al ambulatorio para que me hiciera una nueva receta. Me tomaré una antes de dormir al menos durante un par de semanas.

Hoy queríamos haber comprado algo de material, pero ya han entrado en vigor las nuevas restricciones y los almacenes de construcción ya están cerrados, al no ser una actividad esencial. Solo permanecen abiertos tiendas de alimentación, estancos, gasolineras y farmacias. Las restricciones de movilidad también se han endurecido para evitar los contagios. Parece que poco a poco estas medidas están invirtiendo la tendencia y ya falta poco para llegar al pico y doblegarla.

Si no llueve en los próximos días ya podremos salir al campo a trabajar. Hay mucha tarea atrasada. Aunque me temo que tendremos que esperar porque acaba de comenzar a llover otra vez

                                                                                 IV

Hoy hay pocas novedades que contar. He bajado al pueblo a por pan y algo de fruta. El otro día cuando fui a Casa Rosa quería comprar algún bote de lentejas ya preparado. No tenía, pero me dijo que me traería cuando fuera a comprar al mercado. Hoy tenía los cuatro botes. Gracias, Rosa.

Cuando he llegado al pueblo me he cruzado con una patrulla de la Guardia Civil que recorría las calles para hacer cumplir el confinamiento. Por rebasar el aforo de la tienda la multa es de 300 euros. El aforo varía según el tamaño de la tienda, en Casa Rosa es de 5 mientras que en el Charter de La Font es de un máximo de 15.

No había demasiada gente haciendo cola. He tenido que esperar solo un poco para poder entrar. Otra de las ventajas de vivir en un pueblo pequeño.

Continuamos en estado de alarma y hay que salir de casa solo para comprar lo imprescindible.

No llueve, pero está nublado. Por Ibi y Biar han caído los primeros copos de nieve.

La tarde se prevé tranquila. Hasta que no remitan las lluvias y salga el sol no se puede entrar a los campos.

Para hacer más ameno el confinamiento seguiré enganchado al spotify escuchando algo de jazz, mientras escribo estas líneas suena un disco de baladas de Scott Hamilton.

                                                                          V

Sigo con mi dietario, quinto día, aunque haya pocas cosas que contar. Pero si, al menos, una buena noticia. Cuando he mirado el wasap tenía un mensaje de un amigo mío, Miguel Montesinos, que en la segunda prueba que le han hecho ha dado negativo en coronavirus. Enseguida que lo he visto le he llamado para darle la enhorabuena.

Miguel y yo tenemos pendiente ir un día a cazar a la perdiz. Hace un par de años fuimos a cazar juntos al Bonillo. El guarda se quedó impresionado de los perros que llevaba porque siendo el último día de caza, aún se colgó media docena de conejos y alguna que otra perdiz.

Hoy he echado mano de los botes y me he preparado unas alubias. Esta noche tocan lentejas porque no he salido a comprar y he acabado con todas las provisiones, salvo con un buen surtido de botes que todavía tengo en la despensa. A mí las lentejas me gustan a cualquier hora del día. Es uno de mis platos favoritos, junto al arroz a la cubana. Uno de estos días tengo que probar a hacerlo.

Hoy ando con nuevo look porque anoche me afeité la perilla. Me cuesta reconocerme cuando me miro en el espejo.

Un tímido sol asoma entre las nubes. Aprovecharé lo que queda de tarde para dar una vuelta con los perros.

Jorge me manda una foto con otros tres huevos de las gallinas, pero se las ve y se las desea para poder recogerlos porque cada una lo pone en un sitio distinto, lo que dificulta mucho a la hora de cogerlos, a pesar de que tienen dentro de la jaula un pequeño habitáculo con paja para cobar y depositar ahí los huevos.

VI

Las pastillas que me estoy tomando van surtiendo efecto porque cada vez me levanto más tarde y parece que no tenga tanta ansiedad, aunque me encuentro algo más cansado. Los ansiolíticos provocan sueño y cansancio.

He salido tarde de casa, sobre las 12, pensando que ya no encontraría pan. Sin embargo, he tenido suerte y había una bandeja repleta de pan recién horneado, lo he cogido todavía caliente.

En la carnicería no había gente, así que he entrado enseguida. Hoy no tenían cadera, así que probaré la babilla que tampoco está nada mal.

De regreso a casa he pasado por la gasolinera y he estado hablando con Rosario y Virtudes que siguen al pie del cañón, dando servicio tanto en la tienda como en la gasolinera. Fueron previsoras y compraron un palet de pienso para los perros que atienden en la protectora. Ahora mismo hay 25. Gracias a esta ingente labor muchos perros que son abandonados por sus dueños encuentran cariño y protección.

Tras una noche que no ha parado de llover, parece que vuelve otra vez la calma y empiezan a salir los primeros rayos de sol.

Ojalá las noticias referentes al número de muertos y contagiados por coronavirus empiece a descender y salga de nuevo el sol para todos.

                                                                     VII

Un día más de confinamiento, séptimo, y el Gobierno ya ha anunciado que lo prorrogará hasta finales del mes de abril. Ya firmaría yo que fuera así porque mucho me temo que se va a alargar todavía más hasta que no se controle definitivamente la pandemia y entiendo que una vez finalizado el estado de alarma aún tardaremos en volver a la normalidad porque las cosas habrán de hacerse de manera gradual y no a lo loco por muchas ganas que tengamos todos de salir a la calle.

Me miro las manos y no me las reconozco. Llevo semanas sin morderme las uñas. Me las he mordido siempre.

El tiempo parece que nos ha dado un respiro y ha dejado de llover. Sin embargo, el sol se resiste a salir. Por otro lado y teniendo cerca la Semana Santa mejor que sea así porque con buen tiempo apetece más salir de casa.

Enciendo el ordenador y leo las cabeceras de los periódicos digitales con miedo. Las cifras dan pavor. Más de 10.900 muertos. Pero en medio de toda esta catástrofe una noticia positiva: por primera vez las personas curadas superan a los fallecidos desde que empezó la pandemia.

Se empieza a atisbar una pequeña luz al final del túnel.

                                                              VIII

Hoy sí que se me han pegado las sábanas. Me he despertado casi a la una del mediodía y menos mal que se me ha ocurrido mirar la hora sino aún estoy durmiendo. Dida es igual de dormilona que yo.

Me he vestido tan rápido como he podido y me he bajado al pueblo a la panadería y a la carnicería. No tenía más compras que hacer. Al ser sábado, hacen más pan, así que he tenido suerte y he podido agenciarme dos barras y unas ensaimadas.

Cuando he llegado a casa ya era hora prácticamente de comer. He hecho un poco de tiempo con los perros sentado fuera, aprovechando los rayos de sol que la naturaleza nos ofrece y que ahora se agradecen tanto. Hoy sí que tenía Nacho cadera de ternera. Así que me he preparado un filete de ternera.

Por la tarde no tenía el cuerpo para muchas alegrías. Me he tumbado un rato en la cama y me he quedado dormido.

Me he despertado todavía de día y he aprovechado para dar una vuelta con los perros. Syrah aprovecha la acequia por la que discurre agua, que llevaba mucho tiempo seca para remojarse cada vez que pasa. Coto también se anima y le sigue en su aventura. Ayer el paseo fue más largo y Syrah voló una pareja de perdices que había en el campo de almendros de casa. Aunque ahora conviene no molestarlas porque están emparejadas. Esas se nota que no son soltadas y son del terreno. A más de un kilómetro volaron.

Por las noches las ranas me recuerdan con su croar que no estoy solo.

XIV

He aprovechado los primeros rayos de sol para salir al rellano de casa y sentarme junto al pozo en una pequeña silla de playa que tengo. El martes ya marca otra vez agua, así que hay aprovechar estos días.

En la prensa se leen noticias alentadoras sobre la evolución del coronavirus, con menos víctimas, menos contagios y menos ingresados en las UCI. Noticias que nos hacen ser algo más optimistas que ayer aunque hasta que llegue la normalidad faltan todavía unos meses más. Y se irá haciendo de manera escalonada y no a lo loco. Habrá que ser pacientes porque las medidas de confinamiento aunque muy poquito a poco, están dando ya sus primeros frutos y es de esperar que continúe así las próximas semanas.

Me ha llamado la atención leer en las redes sociales la queja de algunos vecinos que querían poner el caso en manos de la Guardia Civil por la presencia en las fincas de algunos dueños que han venido desde Madrid a pasar el confinamiento. Muchas de estas personas ya lo hacían los fines de semana cuando no se había decretado el estado de alarma. Creo que si se mantienen en sus casas cumpliendo el confinamiento como el resto de ciudadanos, no hay nada que temer.

Por lo demás, un día tranquilo sin bajar al pueblo a por víveres. Vida tranquila con los perros. Escuchando a Dean Martin que siempre es un placer con esa voz tan melodiosa que tiene y escribiendo mi pequeño diario.

X

Hoy no ha habido tanta suerte como estos días pasados y no he llegado a la panadería, cuando he llegado ya estaba cerrada, normal eran las dos, así que echaré mano de los botes que tengo en la despensa hasta mañana, sino se me pegan las sábanas también.

Esta mañana he oído el canto siempre misterioso de una abubilla (por aquí se le conoce también como palput) que seguramente estaba indicándome que ya tocaba levantarme. Pero ni caso. He seguido enroscado a la almohada.

He recibido un wasap de la Cooperativa, informando a los socios que conviene empezar a tratar la viña contra el oídio y el mildiu en brotaciones de más de 10 centímetros. No es mi caso porque las variedades que yo tengo en la finca, cabernet y syrah, son más tardías y aunque están empezando a brotar todavía no han desarrollado lo suficiente, pero si continúa saliendo el sol es fácil que en una semana ya toque tratarlas. Además, en mi caso, se da la circunstancia de que el año pasado el cabernet cogió negrilla, con lo cual este año debo tratarlo aún más porque aunque se haya podado la viña la enfermedad puede continuar desarrollándose al año siguiente.

La Cooperativa mantiene abierto el almacén de suministros, previa cita por teléfono. El estado de emergencia sanitaria decretado por el Gobierno no afecta a la actividad agrícola. Los agricultores podemos seguir desarrollando nuestro trabajo porque es una actividad esencial.

Este año la humedad provocada por el agua caída va a ser un detonante para la propagación de plagas, así que cuanto antes empecemos con los tratamientos fitosanitarios, mejor.

El problema es que hay muchas parcelas en las que todavía no se puede entrar porque el terreno continúa muy pesado y embarrado. Esperemos que siga luciendo el sol y se sequen pronto los campos.

                                                                          XI

Hoy he sido más precavido y me he dejado la persiana a medio levantar para que entrara luz en la habitación. He bajado al pueblo a hacer algunas compras. Primero a la panadería y más tarde a Casa Rosa. En la puerta he coincidido con un viejo amigo de aventuras: Kiko Caturla. Una buena parte de mi infancia la he pasado con él y sus hermanos: Máximo, Alfonso, Alejandro, Sabela., Gonzalo, Kiki, Chyrri, y Mariquilla.

Me ha recordado el artículo que escribí, añorando viejos tiempos cuando iba a La Corona, la finca de sus padres, en moto y de ahí nos íbamos todos al campo de motocross y al circo, donde había unas enormes paredes de arena, cada cual más alta, en plena naturaleza. La diversión era subir y bajarlas con la moto y hacer un poco el cafre.

Mi padre corrió en rallys con su padre, Máximo Caturla. Él iba de copiloto y Máximo conducía. Ganaron un montón de premios. Tengo en casa muchas copas de aquella época, fotografías y recortes de prensa de los rallys de Fallas en los que participaron y ganaron.

Esta mañana he leído una noticia del cambio que está experimentando la naturaleza, tras el obligado confinamiento al que estamos obligados los humanos para detener la pandemia. Y se refería a que el trino de las aves ha cambiado. Y es que al parecer, las aves cambian su canto para adaptarse al ruido producido por los humanos, algo que también afecta a las posibilidades reproductivas de los pájaros. De tal modo, que ahora que los humanos estamos encerrados se pueden apreciar sonidos en sus cantos imperceptibles antes de la pandemia. Les hemos dado un respiro, de ahí que ahora veamos ciervos paseándose por las calles, como mostraron unas imágenes tomadas en Ruidera. También pavos reales con su cola desplegada de colores intensos. La naturaleza respira, tras la presión a la que ha estado sometida por el ser humano. Una buena noticia dentro de tanta catástrofe.

XII

Hay días en los que uno se levanta triste y con pocas ganas de hacer cosas. Hoy es uno de ellos. Leo la prensa, solo unos pequeños titulares y me estremezco. Tras unos días de cierto alivio, crece el número de muertos y contagiados. 14.555 según las cifras oficiales y cerca de 147.000 contagiados. No hay forma humana de parar la pandemia. Se ha actuado tarde y mal y estas son las catastróficas consecuencias de un Gobierno sin experiencia entregado a insuflar dinero a las televisiones privadas para lavar su precaria imagen. Incapaz de tomar medidas de manera coordinada y de dotar de medios de protección a los sanitarios, que siguen jugándose la vida por todos nosotros.

Hay dinero para soltar pasta a los medios de comunicación afines, pero no para lo más elemental que en estos momentos es salvar vidas. ¿Dónde están los test que hacen falta? Desde la OMS se alerta sobre la necesidad de hacer test a toda la población. ¿Dónde están las mascarillas y los equipos de protección?

Llegan a cuentagotas, incluso con errores.

Señores del Gobierno: Escuchen a los sanitarios y atiendan sus demandas. Digo yo que algo se estará haciendo mal cuando tenemos la tasa de contagio de sanitarios más alta del mundo con un 14% de infectados, siendo el segundo país del mundo por detrás de Italia por número de defunciones.

El periódico El Mundo publica en su edición de hoy un editorial titulado El símbolo de una tragedia, ilustrado con una foto que muestra los ataúdes alineados por orden alfabético en el Palacio de Hielo de Madrid, que ahora sirve de morgue. Terrible.

Los bomberos encuentran en casas a personas que han muerto solas, sin haber podido recibir ninguna atención médica. Ancianos que mueren en las residencias sin poderse despedir de sus seres queridos porque a la terrible pérdida humana se une el dolor de no poder darle un último adiós.

                                                                            XIII

Esta mañana me ha llamado Patricia, la mujer de Rafa,  para que le subiera unas bolsas de gomas. Está atando el majuelo que planté de garnacha tintorera, quedaban unos bancos por hacer y los está terminando. En el campo ni el Jueves Santo se descansa. La viña lleva mucho trabajo. No solo es plantarla, después hay todo un trabajo ingente de formación. Los primeros años son así de laboriosos con mucha mano de obra. Luego cuando llega la vendimia, como ya está todo mecanizado, abarata muchos los costes. Pero hasta llegar ahí, hay muchos gastos de por medio que hay que acometer.

Ayer vino Rafa a mediodía con el ingeniero y estuvimos viendo los almendros. Están bastante desiguales. Debe ser por el exceso de agua. Algunos no han brotado y están sin hojas, solo las ramas. No se han secado, pero conviene tratarlos cuanto antes. Yo pensaba que solo estarían en la parcela que se anegó, tras la última DANA, pero no. Hay también en otros campos, tanto en la parte de la solana como de la umbría. Los que no han sacado todavía la hoja están con un color amarillento, como le pasa a la viña cuando coge clorosis por falta de ciertas sales. Las plantas necesitan hierro para producir la clorofila. Habrá que pincharlos con una barrena uno a uno para que llegue el producto a las raíces y sea más eficaz y luego podarlos, a ver si así rompen y brotan. Calculamos que puede haber alrededor de un 5% de árboles infectados por un hongo, seguramente provocado por la humedad del terreno.

Después de subirle las gomas a Patri he ido al pueblo a hacer algunas compras. He pasado por el taller, pero está cerrado. Necesito un arrimador para el tractor grande. Se me rompió el último que llevaba. Realmente lo perdí, pero cuando lo encontré estaba roto. La pala del medio se había partido. Y me viene bien llevarlo porque me arrimo más a los árboles y quito hierba. Rafa siempre me dice que debo arrimarme más, pero no es bueno tocar las raíces ni el tronco.

He comprado algo de pan. No recordaba que era Jueves Santo y el horno de Adela está a tope de monas, toñas o panquemaos. En cada sitio lo llaman de una forma. Este año la mona toca comérsela en casa. ¿A ver a quien le rompemos el huevo en la frente? Carmen la cocinera que teníamos en casa los vaciaba y los rellenaba de harina. ¿A ver si adivináis quien recibía más huevazos en la frente?

                                                                                XIV

Leo los primeros titulares de la prensa, buscando alguna buena noticia que nos haga ser un poco más optimistas que ayer, pero no, sigue habiendo gente que a pesar del estado de alarma se sigue saltando la cuarentena, como si tal cosa. Las colas que registraban las carreteras de Madrid estos días ante el inicio de la Semana Santa demuestra la insolidaridad y la temeridad de muchos ciudadanos que todavía no se han percatado del riesgo que entraña no cumplir con las medidas de confinamiento, poniendo en serio peligro la vida y la salud de otras personas.

Fiestas en garajes y azoteas, simulacro de procesiones, gente en la playa, incluso cazando; hay muchas personas que todavía no se han concienciado de la gravedad de la situación. Algunos hasta se permiten colgar vídeos en las redes sociales, jactándose de haber llegado desde Madrid, con síntomas de padecer el virus, sin haber sido detenido y burlando los controles de seguridad.

Afortunadamente hay una inmensa mayoría de españoles, que sí que las cumple. Además, los valencianos somos los que mejor estamos respetando esas medidas.

Mientras escribo estas líneas suena en el spotify Dinah Washington, una de mis vocalistas de jazz favoritas junto a Sarah Vaughn, Billie Holliday y Ella Fitzgerald. Ya he aprendido a escribir estos apellidos sin echar mano del Google. Los títulos de las canciones todavía no. Soy muy malo con el inglés.

El director de cine Fernando Trueba, muy aficionado al jazz, sugiere en las páginas de El País, algunos discos de jazz que han marcado época para sobrellevar mejor la cuarentena. Yo los suelo compartir en las redes sociales porque en la prensa, salvo las revistas especializadas, se habla muy poco de jazz. El último de estos artículos hacía referencia a tres conciertos épicos celebrados en Montreux (1971), Monterrey (1966) y Hollywood (1994) y tenía como protagonistas a Charles Lloyd, Oliver Nelson y Tito Puente.

Por lo demás, ya he repuesto fuerzas con el zumo de naranja que me he preparado esta mañana, acompañado de una ensaimada aún tierna, mojada en el cortado.

Hoy se presenta un día tranquilo. No tengo previsto bajar al pueblo. Ayer compré lo necesario, así que me quedaré por casa poniendo algo de orden, que siempre viene bien.

Me comunican por wasap que hay controles de la Guardia Civil y de varios convoyes del ejército en los accesos al pueblo. También se han visto camiones del ejército de Tierra en La Font de la Figuera patrullando por el pueblo.

XV

Hoy tenía visita a las 10,30 con Marta la veterinaria para llevar a Dida a vacunar, pero después del despliegue militar que se produjo ayer en Fontanars, también en La Font, con varias patrullas de la Guardia Civil y convoyes militares controlando todos los accesos al pueblo, he decidido dejarlo para más adelante cuando la cosa se tranquilice un poco más porque tampoco es una cosa urgente y puede esperar unos días, ya que era en marzo cuando le tocaba la vacuna de la parvo, el moquillo y la rabia.

Esta mañana ha nacido un nuevo miembro en la familia. Me lo ha dicho Jorge nada más verme, pero no ha sido Marieta, como él pensaba,  que también está preñada y muy gorda, con lo cual no tardará en parir sino su hija Negrita, que tiene ahora un año, la que ha parido un pequeño chivito, que a pesar de su menudo tamaño, ya se mantiene en pie y corretea. Con solo unas horas de vida ya se valen por sí mismos. En un mes ya se ha destetado de la madre y come por sí solo.

Al ser sábado Santo y con días por delante festivos como es mañana domingo y el lunes de Pascua, hoy había algo más de gente comprando. He ido a por pienso para el caballo, los patos, el jabalí, los perros, las gallinas… en fin esto ya parece casi el Arca de Noé.

Jorge ha pasado esta mañana la desbrozadora por la finca porque la hierba empezaba a estar ya muy alta. Me encanta el olor a hierba recién cortada.

Hoy muy buenas recomendaciones de Fernando Trueba en El País para estos días de confinamiento. Nada más y nada menos que John Coltrane y Miles Davis, cuando realizaron su última gira como quinteto, con conciertos en París, Estocolmo y Copenhague. Dos genios del jazz que luego emprendieron caminos en solitario con notable éxito y nos dejaron memorables interpretaciones y excelentes composiciones.

XVI

Ayer por la tarde me acerqué a ver el mufloncito. Yacía en el suelo, mientras su madre lo olisqueaba. Pensaba que estaba muerto porque no se movía. Fui corriendo a coger las llaves para entrar al cercado y me apresuré a abrir la puerta. Aún estaba con vida. Muy frágil porque su madre no lo había amantado. Lo entré a casa envuelto en mi anorak para que no pasara frío. Llamé a Inma a ver si ella podía cuidarlo y darle el biberón. Al no cogerme el teléfono fui a su casa, pero no abrieron la puerta pese a llamar insistentemente. Estaba en el molino y no oyó mis llamadas. Durante el viaje traté de calmarlo como pude. No olvidaré esos quejidos que salían de su pequeño y endeble cuerpo.

 Cuando llegue a casa tenía un par de llamadas de Inma. Hablamos y le comenté el estado del mufloncito y si podía echarme una mano. Ella tiene buena mano. Ya me crió, con su madre, una camada de labradores recién nacidos. Consultó a una veterinaria amiga suya qué alimentación había que darle. Ha estado toda la noche en casa. Traté de darle biberón, pero lo echaba todo. Le rebajé la leche con un poco de agua tibia, tal como me dijo la veterinaria. También la rechazaba. Esta mañana me lo he encontrado muerto en mi habitación, tendido en el suelo. Solo unas horas antes estaba correteando y feliz. Se me acercó para que lo cogiera y lo tuve en mis brazos, después lo dejé para que fuera con su madre. Verlo sin vida me ha roto el alma.

He hecho un pequeño hoyo en el bancal y lo he enterrado.

El día ha amanecido gris como el ánimo de mucho de nosotros.

Mientras desayunaba he oído desde la cocina, el tañido de las campanas de la Iglesia de Fontanars. Hoy es Domingo de Resurrección.

No hay muchos motivos para la alegría. La Comunidad Valenciana suma casi 9.000 casos de coronavirus y cerca de 900 muertes, mientras que en España de fallecidos sobrepasa los 16.000, con cerca de 162.000 contagiados.

                                                                           XVII

Todos los días les doy de comer a los animales. Ayer fui como todas las tardes a darles de comer a los muflones. Pegadita a la valla yacía Negri, la muflona que el día antes acaba de parir un pequeño chivito.

Cuando me acerqué al vallado y no los vi correteando como siempre, pensé que a lo mejor Marieta se había puesto de parto. Pero no. En un extremo del vallado estaba todavía el cuerpo caliente de Negri.

No me lo quito de la cabeza. Me pregunto si moriría de pena al no tener el chivo con ella? ¿Pueden morir los animales de pena?

Jorge me ayudó a enterrarla. Hubo que hacer un hoyo más grande y profundo. Muy cerquita de donde enterramos a su pequeño el día antes.

Le he preguntado a Marta que es veterinaria y me ha dicho que posiblemente fuera una infección la causa de la muerte.

Entre todo lo ocurrido no he pegado ojo en toda la noche. Entré a Sénia a la habitación porque hacía frío y llovía, pero de madrugada la he tenido que bajar porque no paraba de lamerse. Ya había dejado de llover. Pero más tarde ha vuelto a llover, así que he bajado y la he llevado a la caseta junto a Syrah y Coto. He aprovechado para darle algo de alfalfa a Gastón que estaba fuera de la cuadra, mojándose. Le encanta salir cuando llueve. Es un caballo muy fuerte para los años que tiene. Él es feliz fuera de la cuadra, sintiendo el agua correr sobre su cuerpo, como un animal en semilibertad.

El día ha amanecido gris, con nubes. Abro la prensa con miedo, como todos los días, esperando ver la luz al final del túnel. Las cifras siguen siendo aterradoras.

Hoy la recomendación de jazz la voy a hacer yo, con permiso de Trueba porque he descubierto una lista creada por spotify con 91 canciones, donde el piano es el protagonista, que se titula: Rainy Day Jazz, con solistas hasta ahora para mí desconocidos como Peter Sandberg y su “My heart is for you”. Absolutamente recomendable.

                                                                       XVIII

Silencio sepulcral esta mañana. Parece como si los muflones, Adri y Marieta, guardaran luto. Cuando he salido a verlos Marieta estaba echada y no se ha levantado. Adri caminaba con paso lento. Los muflones son muy gregarios. Muy de familia. Ayer, precisamente, vi un documental en la tele donde mostraba como animales, como las jirafas se acercaban a un macho adulto que había muerto para darle el último adiós. Formaba parte de la colonia. Lo mismo pasa con los elefantes cuando pierden a un miembro de la manada. Un ritual. Levantan sus enormes trompas como señal de despedida.

Seguimos viviendo en una permanente angustia, tras unos días en que los decesos habían descendido, hoy nos desayunábamos con una nueva mala noticia, tras un nuevo repunte en el número de fallecidos, 567 en las últimas 24 horas y sobrepasa la escalofriante cifra de 18.000 muertos por coronavirus.

Esta mañana he bajado a La Font a comprar algo, sobre todo, pescado. Solo he podido comprar unas rodajas de salmón fresco. El emperador que había era congelado. No puedo ya con la carne. La tengo aburrida. No me como con ganas, ni el mejor de los entrecots. A este paso me voy a volver vegano.

Tras dos días festivos consecutivos había algo de gente haciendo cola en el Chárter. Admirable el trabajo de toda la gente que está al pie del cañón: Cajeras, reponedores, dependientas, limpiadoras, transportistas. Gente gracias a la cual podemos llenar la nevera en tiempos de confinamiento.

Aún así vemos a gente, que no tiene otro calificativo más que el de miserable, que cuelga carteles anónimos en el vecindario, animando a marcharse de la vivienda a aquellas personas que trabajan fuera de sus casas en puestos de riesgo de cara al público por temor a ser contagiados. Se han dado casos de puertas de vivienda rociadas con lejía y caseros que han intentado desahuciar a su inquilino.

Son las mismas personas que salen al balcón a aplaudir a las 8 de la noche a los sanitarios y luego van al supermercado o a la tienda de la esquina a comprar y quieren ser atendidas, pero tenerlos de vecinos les molesta.

En esta crisis estamos viendo lo mejor y lo peor del ser humano.

                                                                 XIX

Con tanto símbolo romano parece más la categoría de una película porno, ayer triple equis, que los días de confinamiento.

Anoche no guardé a los perros y esta mañana ha amanecido lloviendo. He bajado y ellos mismos habían entrado a la perrera. Siempre les dejo la puerta abierta para que entren y salgan cuando quieran. Hasta ahora pocas veces lo hacían. Me he acercado sigilosamente y estaban los tres durmiendo dentro. No hace mucho les puse resto de virutas dentro de la caseta para que estuvieran más calentitos. Al oírme han salido enseguida Coto y Syrah. Ahora están en la puerta de casa porque saben que estoy dentro. Sénia se ha quedado dentro enroscada como una pescadilla que se muerde la cola. En casa siempre las preparaban así. Recuerdo una película de Fernando Fernán Gómez, pero no su título, donde le sacan una pescadilla mordiéndose la cola, y la cara de asco que se le puso al verla en el plato.

Hoy me apetecía escuchar a Serrat y me he puesto el disco que dedicó a Antonio Machado, versionando poemas como cantares, retrato o a un olmo seco. Sensibilidad a flor de piel.

Miro por la ventana y sigue lloviendo. No hay forma de que veamos el sol.

Los políticos siguen peleados en plena pandemia. En lugar de unidad hay división en la clase política. Casado acusa a Sánchez de ningunearle. Iglesias aprovecha la fecha del 14 de abril para lanzar sus proclamas republicanas en plena pandemia con más de 18.000 muertos. Al otro lado del charco, el presidente de EEUU Donald Trump acusa a la OMS de “encubrir” la expansión del coronavirus y congela los fondos en plena crisis.

Pocas noticias para el optimismo.

                                                                                XX

Esta mañana he recibido un wasap de la Cooperativa La Viña, informando que a partir del próximo día 21 de abril se levanta la restricción que se había decretado por el estado de alarma para la quema de restos de poda. He peguntado en el Ayuntamiento de Fontanars si tenían conocimiento de ello y si me lo podían confirmar. Efectivamente es una resolución de la Conselleria de Agricultura de hoy mismo que levanta la prohibición hasta el 31 de mayo. Me han adjuntado el nuevo calendario de quemas.

Así que en cuanto se sequen los montones de leña que hay apilados en las puntas de los bancales  empezaremos a quemar, si el tiempo lo permite. En mi caso, me queda toda la parte de la solana y algo en la umbría.

Cuando días atrás tuve que labrar la viña resultaba bastante incómodo hacerlo porque cuando se recogieron los sarmientos, algunos montones los dejaron al final de los bancos, muy pegados, y no los separaron lo suficiente, con lo cual esas calles no las pude labrar.

También hoy la misma Conselleria publicaba una orden, según la cual se vuelve a permitir la caza del conejo con hurón y las esperas de jabalí para paliar los daños que la fauna salvaje está causando en la agricultura. A raíz del estado de alarma se paralizó toda actividad cinegética.

Precisamente hoy sale en el periódico Levante EMV una información referente a ello en la que he colaborado.

He bajado tarde al pueblo. He comprado pan, algo de queso y yogures. Me acabo de tomar el zumo de naranja con el cortado y la ensaimada, así que hoy comeré tarde.

Sigo con el régimen de las uñas y aún no me las he mordisqueado, aunque no será por falta de ganas.

Esta mañana se ha podido disfrutar de un poquito de sol, si bien ahora se ha vuelto a nublar siguiendo la tónica general de los últimos días.

Las noticias tampoco acompañan hoy. Crece el número de muertos por coronavirus y ya son más de 19.000 las personas fallecidas.

XXI

Esta mañana sobre las 7,30 he oído que Rafa estaba cortando los pinos que habían quedado partidos por la copa tras la última DANA. Sin quitarme el pijama, he cogido el plumas y me he bajado. Empezaba a chispear.

Ha empezado cortando el pino que estaba pegado al seto y que Jorge desbrozó. Era peligroso porque aunque no estaba arrancado del todo, y aún se mantenía erguido, el cepellón estaba muy al descubierto y en el próximo vendaval se podía venir abajo, con el riesgo añadido de que se encuentra muy cerca de la carretera y puede caer y provocar un accidente. Los árboles próximos a las carreteras son un auténtico peligro. De hecho, hoy no te dejan plantar ninguno a menos de 15 metros de la calzada como distancia de seguridad.

Cuando empezaba a llover con más intensidad, le he dicho a Rafa que lo dejara para otro día. Cuando íbamos al coche con todos los bártulos ha dejado de llover.

Se ha puesto entonces con el pino grande. Tan grande que dos personas con los brazos abiertos no consiguen abrazarlo. Es un pino centenario de los muchos que la DANA ha arrancado de cuajo.

Ha empezado cortándolo de forma circular por la base, haciendo unas muescas en el tronco para facilitar su caída.

Como ha empezado de nuevo a llover he dejado a Rafa con el árbol y he subido a por Patri y Jara que estaban en el campo de viña, acordonando los sarmientos para luego recogerlos con el tractor. Estaban debajo de una carrasca protegiéndose de la lluvia.

Cuando hemos llegado a la finca, la cara de Rafa era todo un poema. La espada de la motosierra se le había quedado atascada en el tronco, justo en el momento que caía el pino. No le ha dado tiempo a sacarla y el inmenso árbol ha caído sobre la máquina, destrozándola. Afortunadamente ha sido la motosierra y no él quien ha quedado atrapado bajo el árbol.

Después del susto y del disgusto, hemos aprovechado para que Patri y Jara vieran la finca que no la conocían. Tampoco Rafa conocía La Sénia por dentro.

Cuando venga Agustín con la retro a quitar los cepellones y las raíces, a ver si conseguimos levantar el tronco con mucho cuidado y podemos salvar algo de la máquina. Lo bueno es que el terreno está muy húmedo y a lo mejor por alguna de aquellas la máquina ha quedado bajo tierra, lo que hubiera amortiguado bastante el golpe.

                                                                    XXII

Llevamos una primavera un poco extraña, con muy pocos días de sol, hoy es otra vez uno de ellos. Nublado y fresco. No sé cuando veremos el sol.

Jorge se ofreció ayer a intentar sacar la motosierra de debajo del árbol que se le quedó atrapada a Rafa cuando trataba de talarlo. A ver si hay suerte y no se ha dañado el motor.

Hoy toca bajar al pueblo a hacer algunas compras, el lunes es festivo, aunque nadie lo diría, así que toca proveerse de algunas cosas para estos días de confinamiento.

Ya he conseguido que las longanizas no se me queden crudas por dentro ni muy achicharradas por fuera. He descubierto un truco para que no te salpique el aceite cuando está caliente y consiste en echar una pizca de harina.

Mientras escribo este dietario, que parece que ya se ha hecho muy popular, suena una de mis canciones preferidas de Serrat: A esos locos bajitos.

Sigo pegado al móvil, esperando una llamada que sé que no se va a producir.

Me han confirmado que mañana domingo sale publicada en el Levante EMV una entrevista que hice hace ya algunos meses, aunque la hemos actualizado, a Cristina Forner, presidenta de la bodega Marqués de Cáceres. La entrevista saldrá a página completa en la sección de Economía del diario y también en la web del periódico. En este caso completa, pues en papel ha habido que recortarla un poco porque era muy extensa y el espacio en prensa es algo sagrado.

La última entrevista que me publicaron en la edición nacional fue una entrevista que hice a Elena Enguix, nieta del presidente de la II República, Ricardo Samper. A la que conocí casualmente mientras comía con mi mujer en el bar Ricardo de Valencia.

Que ganas de que vuelvan a abrir los bares, es lo que peor llevo del confinamiento y tomar una buena cerveza bien tirada con unas tapitas de acompañamiento. Aunque todo indica que habrá que esperar hasta finales de año para que bares y restaurantes abran sus puertas.

Le he puesto algo de alfalfa a Gastón que andaba algo nervioso. Marieta sigue alargando el parto. No debe tardar mucho. El celo comienza en noviembre y la gestación dura cinco meses, así que debe de estar a punto. Espero que esta vez haya más suerte.

                                                                             XXIII

Ha habido suerte y Jorge ha conseguido sacar prácticamente intacta la motosierra, con daños muy leves. Solo se ha estropeado el mecanismo del seguro y un poco la carcasa de protección. Con poco dinero como nueva. Afortunadamente, al estar el terreno con mucha sazón ha quedado enterrada bajo tierra, lo que ha amortiguado el golpe del pino. Cuando he llamado a Rafa para decírselo, no se lo podía creer. Ni yo tampoco hasta que la he visto. Jorge antes de desenterrarla tan poco era muy optimista.

Hoy ha salido publicado en el Levante EMV la entrevista que le hice a la presidenta de Marqués de Cáceres, Cristina Forner. He ido al pueblo a recoger los dos ejemplares que había reservado. Traía una mascarilla de regalo. Creo que por desgracia va a ser la prenda de moda en mucho tiempo. No tardaremos en ver a las grandes firmas de moda diseñar diferentes modelos.

La verdad es que la entrevista ha quedado muy bien y le han dado mucho espacio. Una página completa en prensa es mucho. Solo han recortado un poco las respuestas más extensas y han eliminado un par de preguntas. Muy contento con el resultado final. Se la he mandado a Cristina Forner para conocer su opinión y también le ha gustado.

Aunque el sol se resiste a salir y continúa el tiempo nublado, al menos, las noticias que nos llegan son un poco más halagüeñas que en días anteriores y España registra menos muertes por coronavirus, mientras la cifra de recuperados ya supera las 77.000 altas. Ojalá continúe la tónica descendente, tanto en muertes como en contagios.

                                                                         XIV

Parece que cambia el tiempo y se atisban los primeros rayos de sol. También las previsiones meteorológicas no señalan tanta agua para esta semana. Menos mal. Nunca pensé que echaría tanto de menos el sol, a mí que siempre me han gustado los amaneceres lluviosos y los cielos nublados. El olor a tierra mojada y los paseos bajo la lluvia.

Ahora que no tenemos el sol es cuando lo apreciamos y lo mismo nos pasa con otras cosas de la vida, que por el hecho de tenerlas todos los días, pensamos que son triviales y no les damos la importancia que merecen. Una caña en el bar, una merienda con la familia, una conversación con los amigos, un paseo por la playa o una simple llamada de teléfono.

Hoy ha empezado la cuadrilla de Rafa a bajar los hilos y a quitar hierba, porque este año los bancales parecen una selva después de todo lo que ha llovido. Patri y Jana están acordonando sarmientos para después recogerlos con el tractor. Queda todavía por recoger el syrah pequeño y unos bancos del grande. Mañana es el primer día de quemas, tras la prohibición por el estado de alarma que se ha prolongado hasta el 21 de abril.

El permiso está vigente hasta el 31 de mayo. Después de esta fecha estará prohibido hasta el otoño por el riesgo de incendio.

Hay que aprovechar estos días para quemar los restos de poda porque son un nido de infección. Mañana empezamos en la solana. Y miércoles y jueves en la umbría. Siempre, claro, que el tiempo acompañe y no vuelva a llover.

Y enseguida que se pueda empezaremos a tratar la viña contra el mildiu y el oídio. Este año con tanta agua como ha caído es un factor de riesgo perfecto para la propagación de plagas.

                                                                                   XV

El sol que ayer asomó tímidamente ha vuelto a desaparecer. Poco ha durado la alegría. Vuelve la lluvia. No nos da ni un pequeño respiro para poder trabajar. Aún con este tiempo infernal Patri y Jara estaban esta mañana al pie del cañón, terminando de acordonar los sarmientos.

Rafa los ha podido recoger, a pesar del barrizal. Yo por si acaso estaba preparado, por si tenía que ir a sacarlo del bancal. También se han podido quemar unos restos de poda. Lo que ha dado tiempo porque aunque no ha llovido mucho, es un sirimiri molesto y continúo que no te deja trabajar.

Hoy era el primer día que se permitía quemar después de la prohibición por el estado de alarma. Se ha empezado por la Solana, mañana se podrá quemar en la Umbría, que es donde más restos de poda tengo acumulados. Hay sarmientos, ramas de almendros, que no dio tiempo a quemarlas, y cepas del último arranque de viñedo. Por si fuera poco, la última DANA tumbó una docena de pinos. La madera la he aprovechado toda, pero todavía quedan muchas ramas por quemar y recoger.

Esta mañana a pesar de la lluvia podía verse el humo de las distintas fogatas que los agricultores se han apresurado a encender antes de que el tiempo se les echara encima. Los más madrugadores han tenido suerte.

Cuando me he ido al pueblo he visto a Rafa que estaba terminando de recoger los sarmientos del campo de syrah. Aún se ha subido después al campo pequeño de viña para terminar de quemar lo que quedaba. Ahora me acaba de llamar para decirme que ha llegado a casa. El tractor con el que ha venido no lleva cabina, así que a pesar del impermeable habrá llegado empapado. En La Font el tiempo está todavía más cerrado que aquí en Fontanars dels Alforins.

                                                                    XVI

Hoy tenía que venir Rafa a primera hora para seguir quemando en la parte de la solana, pero me ha llamado para decirme que había aviso de fuerte viento y que prefería dejarlo para mañana. Aunque no es peligrosa la zona donde vamos a quemar porque está alejada del monte, vale la pena extremar las precauciones porque los cambios de viento son temerarios y en cuanto te descuidas se te va de las manos. Yo ya tuve una experiencia desagradable en este sentido, quemando unas ramas de olivo, muy próximo al monte y se prendió la acequia. Por suerte lo paré a tiempo y no fue a mayores. El susto todavía me dura en el cuerpo y eso que ya han pasado unos cuantos años. Creo que desde entonces no he vuelto a hacer fuego.

Andamos todos con ganas de adelantar el trabajo, pero en el campo manda el tiempo. Y estos días no está ayudando mucho que digamos.

Anoche la 2 repuso una de las mejores películas de la historia del cine. “El hombre tranquilo” de John Ford. Un peliculón como la copa de un pino. De esas pelis que no te cansas de ver una y otra vez y siempre descubres algo nuevo. Todos los actores sublimes: John Wayne, Mauren O’Hara y un magnifico secundario como Barry Fitzerald, el eterno y simpático borrachín que aparece en las películas de vaqueros. Algunas escenas y diálogos de la película hoy serían calificados de machistas por la turba inquisitorial, que dice hablar en nombre del feminismo. Sea como fuere, una obra maestra. De lo mejor que hizo el maestro Ford, que ya es decir.

Por lo demás hoy se presenta un día tranquilo. Mañana bajaré al pueblo a comprar algunas cosas.

No he podido resistirme y he caído en la tentación de morderme las uñas, tras semanas sin hacerlo.

Esta tarde aprovecharé para terminar de cortar el césped de la pinada. Ha crecido tanto que la máquina no lo tritura, se emboza y cada dos por tres hay que limpiarla, si no se obstruye la cuchilla y se para. Conviene cortarlo porque, además, es un nido para la propagación de garrapatas y teniendo perros en casa es un peligro.

                                                                       XXVII

El siguiente día que tengo que anotar en números romanos para seguir con el dietario, lo he tenido que consultar en Goggle. No lo recordaba. En el cole los estudiábamos, también los ordinales, que suelen escribirse mal, treceavo, en lugar de décimo tercero, pero de eso hace tanto tiempo que no lo recordaba y coincide con una talla de vestir, la misma que uso yo (XL).

Tengo que decir estas tonterías para llenar al menos medio folio.

Hoy, por fin, estamos quemando la leña, salvo en un par de campos que todavía no se puede entrar porque están enfangados. A ver si hay suerte y podemos terminar hoy. El día está nublado, pero de momento no llueve ni hace viento. Mañana ya se podrá en la umbría, pero allí queda menos. Se ha juntado todo. Los sarmientos de la viña, las ramas de la poda de los almendros y leña de pino que hubo que trocear después del último temporal que arrasó una docena de árboles.

De momento no se puede labrar porque el terreno está muy pesado, así que habrá que esperar todavía unas semanas. 180 litros que llevamos recogidos entre marzo y abril no se secan tan rápido ni aunque sople poniente.

Mientras escribo estas líneas oigo el tractor de Rafa que va de aquí para allá acarreando leña.

Hay que aprovechar las horas que quedan porque a las 2 del mediodía ya no se puede seguir quemando y el tiempo es una auténtica incógnita.

                                                                     XXVIII

Voy a hacerle caso a mi amigo Paco Sanfélix y voy a escribir bien los números romanos que corresponde con el día décimo octavo de confinamiento y no el descontrol que llevaba hasta ahora, poniendo números que no se correspondían con los reales.

Esta mañana me ha llamado Pepe de Valfor para empezar con los trabajos de limpieza en el monte. Hemos ido a la parcela para verla in situ. Mi idea era quitar solo los árboles dañados por el temporal. Hay muchos rotos y partidos. Y despejar un poco aquello, quitando los pimpollos, que no dejan crecer a los grandes.

Pero ellos trabajan con una máquina de tres metros de ancho, con lo cual para entrar al pinar necesita hacer calles muy anchas por dentro. Para que aquello quede bien había que quitar la mitad de los pinos, así que tras pensármelo le he dicho que de momento, lo voy a dejar como está. Lógicamente a ellos les interesa sacar cuanto más leña mejor. En junio del año pasado solicité a Conselleria la solicitud de autorización de aprovechamiento forestal, pero aún no me habían contestado, tras hablar con el forestal me dijo que si en tres meses no te contestan se entiende por aprobado el permiso. En esa solicitud tienes que indicar el número de árboles que quieres cortar, así como el diámetro.

Rafa vendrá mañana a quemar los restos de poda porque ayer llovió y está todo muy mojado. Menos mal que la tormenta pasó de largo y no descargó granizo, como sí hizo en Ontinyent.

Ahora estoy esperando a que venga  Luis con la retro a quitar el cepellón que falta y un par de cosas más, como mover la piedra de la almazara para cambiarla de lugar porque donde está molesta cuando pasas labrando. El cepellón del pino grande que quitamos el otro día ocupa prácticamente todo el camión.

XXIV

Esta mañana ha venido Juansa, técnico de la Cooperativa Mañan a ver los almendros. Quedé con él en vernos hoy. También nos ha acompañado Rafa que estaba quemando los sarmientos con el tractor.

Hemos recorrido andando la parcela del transformador. Más o menos toda la finca está igual. El exceso de agua está secando algunos árboles y conviene tratarlos cuanto antes. Tan malo es que no llueva, y les afecte la sequía, como que llueva en exceso. Además, los almendros notan mucho los cambios de temperatura.

Los árboles que ya han perdido la hoja es difícil que se recuperen, aún tratándolos. Lo más probable es que se sequen. Al parecer es un hongo que ataca a las raíces del árbol y termina por secarlo. Empiezan con un color amarillento en las hojas y acaban perdiéndola.

Quizá la variedad vairo es más sensible a este tipo de enfermedad que otras que son más resistentes.

La floración fue perfecta. Se veía mucha almendra para ser el tercer año de producción. Yo en un principio pensé que solo estaba afectada la parcela que se anegó por el agua de la última DANA, pero los árboles enfermos por el hongo están repartidos en todas las parcelas. Quizá haya un 5% de árboles dañados.

Mañana si no pasa nada queremos empezar a tratarlos. Se trata por vía radicular, es decir, inyectándoles un producto en la raíz con una barrena. Es entretenido y laborioso porque hay que ir uno a uno y al estar diseminados, hay que recorrer todos los campos. A las dos semanas más o menos deben empezar a verse los resultados, si bien es conviene hacer un segundo tratamiento con algún activador vegetativo o estimulante.

Los que han perdido la hoja conviene despuntarlos. Los otros no.

Cuando se ha ido Juansa he estado ayudando a Rafa a quemar los restos de poda, recogiendo sarmientos, con lo cual está noche espero dormir bien. Ejercicio he hecho. Aún me cuesta mantenerme erguido. Hoy se podía quemar en la parte de la umbría, así que cuando hemos terminado de quemar allí, hemos sacado los restos que había dentro de la finca, que solo es cruzar la carretera y hemos seguido quemando en el otro lado, aún así no hemos terminado. Había mucho por quemar porque se ha juntado la viña, los almendros y los restos del temporal que tumbó más de una docena de pinos.

Me he escapado un rato al pueblo para hacer algunas compras. Además, Jorge que ha tenido que ir a Caudete a por material, me ha traído un montón de cremas de verduras. Me cuida más que una madre a un hijo.

                                                                           XXX

Por fin, luce el sol. Primer día de confinamiento con el sol fuera. Ya no recordaba cómo era. Aprovechando el buen tiempo Marieta fue ayer mami y parió un precioso chivito. Tras una procelosa selección, ya tiene nombre: Cabri.

Ya hemos terminado de quemar todos los montones de leña, a falta de uno que todavía no se puede entrar al campo. Rafa lo ha intentado, pero enseguida se ha apagado. Hay mucha humedad todavía en la tierra. En los hondos todavía no se puede entrar.

Si no pasa nada el viernes ya podré empezar a labrar los almendros. A mitad mañana hemos empezado a tratarlos con un fungicida. Hay que echarles de cuatro a cinco litros por árbol y despuntar las ramas a los que no tienen hojas para que cojan fuerza. En las próximas semanas veremos los resultados. Esperemos que sean satisfactorios porque puede haber alrededor de 500 árboles enfermos.

Cada vez hay más enfermedades nuevas, algunas como la Xylella fastidiosa no tienen tratamiento posible y hay que cortar los árboles. Aquí en España no se conocía la avispilla del almendro, y ya está propagándose con rapidez, provocando estragos en las plantaciones de almendros ecológicos.

Son enfermedades que llegan de otros países, sin ningún control sanitario. Hoy salía en la prensa que se han detectado hasta nueve pesticidas en mandarinas procedentes de Turquía.

                                                                         XXXI

Me he equivocado en las previsiones, por desgracia me he quedado corto. Seguramente hay más árboles afectados de los que yo en un principio pensaba y es probable que llegue al millar, lo cual es un 10% de almendros infectados, que es mucho en una plantación tan joven. Es verdad que el año ha venido muy lluvioso y eso haya podido influir. Pero me he fijado en otras plantaciones próximas y no están afectadas como la mía.

Rafa sigue hoy con el tratamiento en los campos de la Solana, donde a priori se veían menos árboles enfermos. Un amigo mío, Dani Muñiz al que le he consultado, me ha dicho que podría tratarse de un hongo que se llama armillaria, que causa pudrición en las raíces, aunque Juansa lo ha descartado porque la armilaria se manifiesta por zonas, es decir, que los árboles afectados representen islas o manchas homogéneas dentro de la parcela y no es el caso.

He bajado a La Font a comprar porque no me quedaban morcillas de pavo para los perros, que se las doy de comida extra y mientras hacía cola en el charter esperando para entrar he preguntado a Lara, la hermana de Ramsés que trabaja en la cocina en La Font’da cómo hacer espaguetis y arroz a la cubana.

Los espaguetis y las macarrones, diez minutos en agua hirviendo y luego escurrir. El arroz, veinte minutos y luego mojarlo con agua fría para que no esté tan pastoso. La medida es importante: dos vasos de agua por uno de arroz ¿o era al revés? Lo intentaré de las dos maneras y a ver qué sale.

                                                                            XXXII

Lo que peor llevo del confinamiento, cuestiones personales al margen, es tener que cocinar y comer en casa. Echo mano de botes, cremas y comidas preparadas, pero creo que ya las he probado todas. Hasta ahora siempre que podía salía a comer y a cenar fuera de casa. Ahora se me hace todo un poco cuesta arriba, la verdad. Pensaba que este tiempo de reclusión obligado me ayudaría a despertar en mí ese cocinero que dicen que todos llevamos dentro, pero que en mi caso sigue dormido y sin ninguna esperanza de que despierte. Mi menú diario se reduce a un entrecot y si me apuran mucho a un salmón a la plancha.

Con la limpieza y el orden me apaño bastante bien porque siempre lo he hecho en casa, pero el cierre de bares y restaurantes me ha “matao”.

Veo los suculentos platos que comparten amigos míos en las redes sociales y se me cae la baba. Elo no mandes más fotos. Lo que daría por comerme un buen arroz meloso de bogavante, como los que prepara Pedro de “El Rincón de Pedro” en Almansa, el lechazo al horno de leña acompañado con patatas a lo pobre o esas tapas de Ramón y Rosa en el Bar Central de La Font. O esos gazpachos manchegos que prepara Paco, siguiendo la receta de su madre en el restaurante Les Eres de La Font de la Figuera.

De los postres caseros mejor ni les hablo porque llevo comiendo yogures y plátanos desde que empezó el confinamiento.

Lo único bueno de este régimen que me he impuesto es que he conseguido adelgazar tres kilos. Del plátano no voy a hacer la broma.

                                                                     XXXIII

Llevo unos días que no pego ojo. Supongo que esta crisis nos está afectando a todos y alterando nuestros hábitos diarios de una manera muy especial. Ayer un amigo mío de Ontinyent, me mandó por privado, la réplica que había escrito una persona a un artículo mío sobre la caza, publicado este fin de semana en el Periodic d’Ontinyent, medio en el que colaboro desde hace muchos años.

Cuando a alguien no le gusta lo que has escrito, y tilda el artículo de “penós i lamentable”, lo siguiente es decirte que hablas desde la ignorancia o la mala fe. Por norma general se cumplen casi siempre en este mismo orden.

Todos los que escribimos estamos expuestos a ser blanco de las críticas, y cuando se habla de un tema tan delicado como la caza, que despierta tantas posiciones encontradas, aún más. Si las críticas son constructivas, bienvenidas sean; pero cuando se incurre en el insulto y la descalificación personal, entonces mejor que se las ahorren. No aportan nada.

Seguiré defendiendo la caza, mal que les pese a algunos.

Por lo demás, hoy se presenta un día bastante tranquilo. De momento luce el sol, aunque las previsiones para las próximas horas anuncian lluvias a partir de las dos del mediodía. Aprovecharemos el poco tiempo que queda para disfrutar de esos rayitos de sol que aparecen y desaparecen entre las nubes.

Abro la prensa y por fin buenas noticias: desciende el número de muertes diarias por coronavirus.

                                                                         XXXIV

Hoy tengo poco que contar porque he estado toda la mañana con el tractor labrando los almendros, ahora que el tiempo nos ha dado un pequeño respiro, quiero aprovechar porque queda mucho trabajo atrasado. He empezado a las 8,30 y he parado pasadas las 3,30. La tierra está buena, con mucha sazón; salvo en los hondos, donde todavía no se puede entrar. Esos campos los dejaré para el final hasta que se sequen. El poniente ayuda. Hay mucha hierba. Hay quien dice que la hierba aporta nutrientes a la tierra y prefiere no labrar. A mí me gusta tener los campos limpios.

 En los almendros ya se ve algo de pulgón. Estas temperaturas de calor, después de las lluvias que han caído son el caldo de cultivo perfecto para que se desarrollen todo tipo de enfermedades y plagas: pulgón, mildiu, oídio … Este año habrá que tratar más que ningún otro, si queremos controlar las plagas.

Labrando he visto un par de liebres, una era un lebrato, pero corría que se las pelaba. Aguantan en la cama hasta que tienen prácticamente la rueda del tractor encima. Se camuflan perfectamente. Incluso fuera de la cama cuesta trabajo verlas. Echan las orejas hacia atrás en señal de alerta. El color del pelo se confunde con la tierra y pasan desapercibidas, tanto que cuando arrancan a correr te pegan un buen susto. Me contaron, no sé si es verdad, que si la liebre arranca con las orejas hacia atrás es hembra y si las mantiene erguidas es macho.

He visto también un nido dentro de un almendro. Tenía cinco huevos. La cáscara estaba moteada con unas pequeñas manchas rojizas. Debe ser de pardillo común. Hacen los nidos en las matas. En este caso entre las ramas de un almendro.

 Rafa me acaba de llamar. Ha venido por la tarde para arreglar los regueros que hay en los campos de almendros. Las últimas lluvias han provocado grandes socavones en la tierra. Rafa lleva el tractor grande con el cajón para allanar la tierra. La última vez los arregló en la viña, hoy está en los almendros.

                                                                              XXXV

El sábado es el peor día de la semana para ir a comprar, teniendo toda la semana por delante, pero siempre coincide que voy sábado. Parece que lo haga adrede. Rosa cierra los lunes y con el domingo de por medio, la gente aprovecha para llenar el carro y todo se hace un poco más lento.

Tras esperar un rato a que llegara mi turno, he visto que llegaba Carlos Velázquez de la finca Los Frailes y le he cedido mi puesto para que entrara en mi lugar, creo que es lo que se debe hacer por educación ante una persona mayor, no sin antes recordarle a una señora que parecía importunarle que entrara, que era mi turno y se lo cedía.

He preguntado quien era el último y me he vuelto a poner en la cola. Nadie de los que allí se encontraba, tampoco lo esperaba, me ha cedido el turno para que pudiera entrar cuando ha salido Carlos de Casa Rosa. Debían de tener todos mucha prisa y algunos también muchas ganas de hablar.

Pero como tiempo es precisamente lo que más nos sobra en estos momentos de confinamiento obligado, he guardado pacientemente mi turno en la cola por segunda vez para poder entrar.

Antes de subir a los campos para echar un vistazo a ver si se puede entrar a labrar, he pasado por la gasolinera a poner gasoil. No entiendo cómo con el precio del petróleo en mínimos históricos sigue el precio de la gasolina por las nubes, pese a la notable bajada que ha experimentado el precio del barril de crudo. Al consumidor estas rebajas nunca le llegan, sin embargo, cuando sube el precio, lo repercuten enseguida. Al revés, no. Seguramente es porque del precio final de la gasolina, la mitad son impuestos y no parece que el Gobierno quiera bajarlos sino más bien al contrario.

Cuando bajaba de ver lo campos me he detenido porque he visto que el pinar fosc lo habían limpiado. Mi sorpresa ha sido encontrarme restos de ramas y árboles rotos en mi parcela. He escuchado el sonido de una máquina que estaba trabajando y me he apresurado a subir para pedir explicaciones porque nadie me había comunicado el trabajo y, sobre todo, por los daños que habían causado en mi parcela. Después de hablar con él y darle mi número de móvil, me ha llamado el responsable de la empresa que está haciendo los trabajos de limpieza para pedirme disculpas y decirme que dejará todo aquello limpio y arreglado. Quiero consultar, si el dueño del pinar, que es de propiedad privada tiene obligación de comunicar al vecino o colindante, en este caso yo, los trabajos que quiere desarrollar en su propiedad. Entiendo que sí. Cosa que tampoco ha ocurrido.

Consultada la duda me confirman que no existe obligación de comunicarlo siempre que no se produzcan daños en la parcela colindante.

Nunca pensé que buscaría el sol como una lagartija. He aprovechado los pocos rayos de sol que se dejan entrever entre las nubes para estar un rato fuera con los perros mientras oigo el gorjeo de las palomas.

XXXVI

Seguimos con el dietario en el trigésimo sexto día de confinamiento. Como era de esperar el calor ha llegado de golpe y sin avisar. Temperaturas propias del verano. Mayo se presenta muy caluroso.

Esta mañana he estado labrando el último campo del ribazal. Le he hecho caso a Rafa que me ha aconsejado empezar primero por arriba y dejar los hondos para el final. Mañana labraré lo que hay cerca de casa.

El jueves si no pasa nada empiezo a plantar viña en el campo de tempranillo en vaso que he arrancado. Había muchas faltas por la yesca. Supongo que se habrá prorrogado unos meses el plazo de reestructuración que finalizaba el día 30 de mayo. Se lo he consultado a Nacho. El lunes le llamaré.

Tengo que replantar faltas de garnacha tintorera en el majuelo. Menos mal que he puesto protectores porque los conejos hubieran acabado con toda la plantación. Puse alrededor de dos mil protectores. Ahora tengo que replantar sobre un centenar de plantas que no pudieron salir adelante.

Labrando el campo grande me he encontrado con una desagradable sorpresa. En medio de un banco había muerta una liebre pequeña. Seguramente la arrollé ayer con el cultivador sin percatarme de que estaba cobijada. Es raro porque cuando tienen el tractor cerca suelen levantarse de la cama.

Mientras labraba he visto como un cernícalo cogía al vuelo con sus garras un insecto grande. Pura naturaleza.

XXXVII

Día sí, día no; voy a Fontanars a comprar lo más necesario: pan, fruta y algo de carne. Ayer por la mañana estuve en Casa Rosa. Había algo de gente haciendo cola para entrar, manteniendo la distancia de seguridad entre unos y otros. El día era triste y gris. Sin embargo, hubo momentos para la sonrisa y el buen rollo.

Uno de los que estaba esperando en la cola, no recuerdo su nombre, le dijo a Rosa si podía sacar un paquete de papas. Dicho y hecho. Rosa entró rápidamente a la tienda y salió con una botella de cerveza y un paquete de papas. Antes de abrirlo nos ofreció por si queríamos coger alguna. En otras circunstancias le hubiéramos dicho que sí.

A pesar de la que está cayendo hay momentos para el humor y la sonrisa. Con humor se sobrellevan mejor las cosas. Gracias.

XXXVIII

Hoy hay pocos planes previstos. No tengo pensado salir de casa. No he pasado muy buena noche debido a una crisis de ansiedad. Andamos todos un poco nerviosos y con mucho miedo en el cuerpo. Ya estoy mejor.

El tiempo ha dado un descanso y ya no llueve. Despuntan algunos rayos de sol. Desde mi ventana veo una cuadrilla que está podando la viña. Debe ser tempranillo. Las variedades blancas ya están brotando. Son las primeras en vendimiarse. Hoy me ha mandado una foto un amigo de un campo de chardonay con los primeros brotes verdes. En cuestión de unas semanas el paisaje cambiará de color. La naturaleza es sabia.

El agua caída estos días ha venido muy bien a la siembra de cereal, a ver si este año los precios acompañan. Por aquí es muy común la cebada, el trigo y la avena. El Congreso ha aprobado medidas para que los precios agrícolas sean mayores que los costes de producción. Veremos si el mercado es capaz de regularse.

Las gallinas que ha traído Jorge de casa de Inma ya han puesto los primeros huevos. Así que hoy toca tortilla.

Esta tarde seguiré poniendo un poco de orden en la casa.

XXXIV

Esta mañana he ido al Molino de la tía Damasia a recoger unos sacos de pienso para los animales que le había pedido a Inma. Estaban en la puerta porque hoy es domingo. He aprovechado para ir a casa Rosa y comprar algo de fruta. Damián me ha regalado una caja con hojas de lechugas recién cortadas. Los muflones todavía lo están celebrando. He pasado también por la panadería de Adela. Hoy tenían un pan tipo zapata que lleva aceite y un poco de sal que entra solo. Antes de empezar a comer ha caído la mitad.

He pasado también por la gasolinera a por un par de botellas de cerveza, de ahí me he subido con el coche al campo de viña de majuelo a recoger unos protectores que había sueltos. Ayer los dejé amontonados y hoy los he recogido. Cuando estuvo Patricia atando la viña los quitó porque si no, no podía atarlos. La viña es muy joven. Prefiero recogerlos antes de que el viento los esparza por ahí. La garnacha tintorera ya está brotando. Tengo que replantar sobre un centenar de cepas porque los conejos se comieron bastantes plantones. Y, menos mal, que puse protectores, si no me quedo sin viña.

Si no pasa nada se prevé una buena campaña de almendras, pero vienen unos días de frío y todavía puede helar. Es el tercer verde y da gusto ver como están las ramas repletas de almendritas. La vairo es una variedad muy productiva., pero con la que está cayendo veremos cómo pinta el año.

Hoy es el primer día de cambio de horario. Una hora más. En mal momento llega el tan ansiado horario de verano, aunque para los que trabajamos en el campo nos vendrán bien estas horas más de luz.

He estado un rato en la calle con los perros para aprovechar los escasos rayos de sol. Mañana ya cambia el tiempo. Aprovecharé para subir a ver el ribazal. Hay una nueva plantación de almendros. También tengo previsto, si el tiempo lo permite, plantar un campo de cabernet franc que antes era tempranillo en vaso y que debido a la yesca he tenido que arrancar. No sé si tal y como están las cosas, nos dará tiempo porque la reestructuración tendría que estar finalizada antes del 31 de mayo, aunque supongo que ampliaran los plazos, pero no sé si servirán el material de espaldera.

La poca agua que hay en la piscina de la lluvia caída estas semanas atrás es un hervidero de sapos apareándose. Mi amigo Paco Calabuig me dijo que cuando están tan amorosos, indican que viene lluvia. Y mañana, agua.

XL

La lluvia no da tregua. Ayer nos dio un pequeño respiro y pudimos disfrutar un poco de los rayos del sol, aunque fuera a cuentagotas. Hoy he bajado a La Font para comprar algo de comida para los perros. Unas salchichas de carne de pollo que les pirra. Por las noches los tengo en la puerta de la cocina esperando su ración. He pasado antes por Fontanars a la panadería, a la carnicería y a la gasolinera. Ya tengo reservas para pasar un par de días.

Mientras espero en la cola para entrar en el supermercado de La Font (gracias Amelia) observo cómo la gente sigue haciendo acopio de productos y llenando los carros. Muchos todavía no han entendido que el abastecimiento está garantizado y que conductas insolidarias son las que ponen en peligro que puedan faltar productos en las tiendas por comprar impulsivamente. Además, estamos privando a que otros que vengan después, no puedan realizar su compra.

Por las mañana cuando me levanto aprovecho para leer los titulares en la prensa. Intento ver la televisión lo menos posible.

Lamentablemente el periódico con el que colaboro Levante EMV ha anunciado un ERTE para el cien por cien de la plantilla. He hablado con el director de comarcas Agustí Garzó y me lo ha confirmado aunque falta saber las condiciones del mismo.

Un auténtico drama. Los medios de comunicación son fundamentales y ahora más que nunca. Ojala pase todo esto pronto.