No hay debate que se precie en los que no se hable del peligro de que la ultraderecha llegue a las instituciones, en referencia al partido de Santiago Abascal, como si la única amenaza de acabar con nuestro sistema de libertades fuera Vox.

No soy votante de Vox, no me gustan las ideas que defiende ni su programa político,  pero tiene toda la legitimidad democrática para estar representado en el Parlamento español, como la tienen otros partidos con los que tampoco comulgo ideológicamente.

Habría que preguntarse, en todo caso, por qué Vox consigue tanto respaldo social. Supongo que mucha culpa de que esto sea así la tienen los dos grandes partidos hegemónicos, como son el PP y el PSOE.

Antes de conocer los resultados electorales, los partidos de izquierda ya hablan de establecer un cordón sanitario contra Vox. A mí como demócrata me hubiera gustado que ese mismo cordón sanitario que se reclama para Vox se hubiera aplicado también con los golpistas que se saltaron la Constitución para convocar un referéndum ilegal, los filoetarras que siguen sin condenar el terrorismo o la izquierda radical que señala periodistas y medios de comunicación. Pero no. El PSOE tiene carta blanca para traspasar todas las líneas rojas, incluso para pactar con quienes no han condenado los casi mil muertos de la banda terrorista ETA. Vox es el malo de la película y así lo quieren presentar ante la opinión pública.

Ahora que en estas elecciones se habla de bloques, más que de siglas, el bloque de la derecha y el bloque de la izquierda es lógico pensar, que si Isabel Díaz Ayuso no obtiene una mayoría holgada que le permita gobernar en solitario busque los apoyos de Vox, como lo hará el PSOE si necesita los votos, con Más Madrid y Unidas Podemos, aunque esto muy pocos lo cuestionen.

Ya que no puede gobernar la lista más votada, que sería lo deseable, salvo que obtenga mayoría absoluta, lo lógico es buscar acuerdos de legislatura porque no gobierna quien gana las elecciones sino quien consigue sumar mayorías.

Si el PP no obtiene mayoría absoluta, el único partido con el que puede contar para formar gobierno es Vox.

Si Díaz Ayuso gana las elecciones, como todas las encuestas pronostican, el PSOE tiene una opción muy clara si no quiere que el PP cuente con los votos de Vox y es apoyar al partido más votado. Y lo mismo digo en el caso de que el PSOE ganara las elecciones.

En otros países europeos como Francia o Alemania, los partidos conservadores y socialdemócratas se han puesto de acuerdo para parar el auge de la extrema derecha. Aquí es impensable un acuerdo de esta naturaleza entre el PP y el PSOE para desbancar a los populismos de las instituciones.

Socialismo o libertad, proclaman unos; democracia o fascismo, otros, cuando en estas elecciones lo que realmente está en juego son dos modelos de sociedad y no dos sistemas políticos por mucho que algunos quieren plantear estas elecciones en esos términos que en todo caso recuerdan épocas pasadas.