Al president de la Generalitat Valenciana Ximo Puig hay que reconocerle la buena gestión que ha hecho de la pandemia, que sitúa a la Comunidad Valenciana con el número más bajo de incidencia acumulada y de decesos. También en hospitalizaciones e ingresos en UCI estamos a la cola que el resto de CCAA.

La incidencia acumulada se sitúa por debajo de los 50 casos por cada 100.000 habitantes, considerado riesgo bajo, concretamente 42,97, lo que nos aleja del riesgo extremo en el que estábamos hace solo unos meses, con más de 3.700 casos en plena tercera ola y con el sistema sanitario colapsado.

Puig ha comparecido en innumerables ocasiones  ante la opinión pública para dar cuenta de la evolución de la pandemia. Frente a otras comunidades con cifras todavía muy altas, como es el caso del País Vasco o La Rioja, Valencia se encuentra en unos niveles que hacen posible levantar un poco la mano y reducir las restricciones que había impuesto el estado de alarma.

Mientras Mónica Oltrá y  Joan Ribó, socios de Gobierno, se han puesto de perfil durante toda la pandemia, quien ha dado la cara es Ximo Puig.

No hay que lanzar todavía las campanas al vuelo porque el virus sigue estando presente y hemos visto como las cifras pueden darse la vuelta en cualquier momento. Ante todo, mucha prudencia.

La política diseñada por el Consell está dando buenos resultados como reflejan las cifras y hay que felicitarse por ello.

Frente a los test masivos, la Generalitat ha apostado por los rastreos y la trazabilidad de los contagios, acciones que han permitido contener los contagios y que el virus no se expanda con la misma virulencia que lo hacía al inicio de la pandemia.

No es fácil tomar decisiones en una situación como la actual, tratando de buscar ese equilibrio entre salud y economía que no siempre satisface a todos. Lógicamente los hosteleros, uno de los sectores más afectados por la crisis sanitaria, se quejan y con razón, de que sus establecimientos hayan estado cerrados durante buena parte de la pandemia.

La clave para atajar el virus está en acelerar el proceso de vacunación para que antes del verano esté el mayor porcentaje  de la población vacunada. Si llegan vacunas suficientes, el verano lo podremos encarar de otra manera.