Las últimas lluvias del mes de abril han dejado los campos llenos de malas hierbas. Hasta que no comiencen a secarse no se podrá entrar al campo, so pena de quedarse atascado como me ocurrió a mí el año pasado, no una sino dos veces por quererme meter donde no debía hacerlo.

El problema de que haya tanta hierba acumulada en los bancales es que cuando vayamos a labrar haya crecido de tal modo que se emboce el cultivador, que es lo más probable que ocurra y tengamos que andar subiendo y bajando del tractor.

Eso por un lado y por otro está el tema de los tratamientos fitosanitarios. Aunque la uva va más retrasada que el año pasado, hay variedades cuyos sarmientos tienen más de 15 centímetros, que es la longitud idónea para comenzar el primer tratamiento contra las plagas. Al no poder entrar al campo hay riesgo de que se vayan incubando los hongos y cuando entremos a tratarlo ya sea demasiado tarde. Eso mismo me pasó a mí el año pasado cuando debido al excesivo barro que había en los campos no pudimos entrar a tratar la uva y perdí más de la mitad de la cosecha al no poder tratarla contra el oídio.

Además, la excesiva humedad del terreno como consecuencia del agua que ha caído es un caldo de cultivo idóneo para la proliferación de plagas como el mildiu.

Hay a quien le gusta ver los campos llenos de hierba. A mí, desde luego, no. Es señal de abandono y en cuanto puedo trato de labrar antes de que se hagan demasiado grandes. Pero como siempre: el tiempo manda.

Yo no tiro ningún tipo de herbicida en los almendros porque tengo toda la producción en ecológico, así que la única manera de combatir las malas hierbas es a base de labrar los campos.

El glifosato que es un herbicida potente tiene los días contados, aunque es muy eficaz para combatir las malas hierbas. También seguro por mucho que algunos se empeñen en considerarlo nocivo y altamente peligroso. Al final no nos dejarán echar ningún tipo de producto al campo. Cada vez hay más plagas y más resistentes a los tratamientos sanitarios. Con productos únicamente ecológicos no pueden combatirse todas las plagas. El agricultor, si quiere sacar adelante sus producciones tiene que emplear productos fitosanitarios, con todas las medidas de seguridad que ya se cumplen.

La otra opción es echar mano de la azada y quitar los hierbajos que anidan al lado de cepas y plantones sobre todo cuando estos son jóvenes y necesitan más agua.

Conviene que esté la zona limpia para que los frutales y demás árboles crezcan de forma vigorosa. Y eso solo se consigue quitando las malas hierbas.