El Gobierno está decidido a conceder los indultos a los políticos catalanes a sabiendas del coste político que tendrá la medida. Dentro del PSOE hay voces muy críticas a conceder la medida de gracia y no digamos ya dentro de la derecha que no quieren oír hablar de indultos aunque José María Aznar y Mariano Rajoy hayan concedido más de uno durante sus mandatos.

El Gobierno piensa que esta medida puede favorecer un clima de entendimiento y diálogo entre el Estado y Cataluña y rebajar el clima de crispación. Sin embargo, para que esto ocurra han de querer las dos partes, es decir, el Estado y Cataluña.

¿Qué pasos está dispuesto a dar el president Pere Aragonés, si se aprueba el indulto para mejorar la relación entre España y Cataluña? ¿Van a seguir por la vía de la independencia de manera unilateral? ¿Van a celebrar otro referéndum?

Dentro del independentismo catalán no han cambiado las cosas. Sigue todo igual. Ni siquiera una medida de gracia como es el indulto, les contentaría.

No hacer nada y seguir como hasta ahora tampoco es la solución. Ni siquiera la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno, favorable a un referéndum pactado con el Estado, ha ayudado a rebajar la tensión y a tender puentes.

El problema sigue enquistado. Y lo seguirá estando mientras no cedan ambas partes. De momento solo se ve predisposición  de un lado y así es muy difícil arreglar las cosas.