No solo no se han arrepentido de sus horribles crímenes ni han pedido perdón a los familiares de las víctimas sino que siguen celebrando homenajes a etarras excarcelados con amplio historial terrorista. El propio lehendakari  Iñigo Urkullu ha calificado de repulsiva la actitud de la izquierda abertzale ante los homenajes a etarras.

El último homenaje ha tenido lugar estos días en Bilbao. El terrorista Agustín Almaraz que ha salido recientemente de la cárcel de Basauri, tras pasar 25 años en prisión, acusado de cuatro asesinatos fue recibido como un héroe en el barrio bilbaíno de Santutxu. El acto fue apoyado por Sortu en su cuenta de twitter.

Los asesinos son recibidos y vitoreados como auténticos héroes, una heroicidad que ha consistido en pegar un tiro en la nuca o colocar una bomba lapa, asesinando de manera cobarde a casi un millar de personas.

Una nueva ofensa a las víctimas del terrorismo que merecen un mayor reconocimiento por parte de toda la sociedad. Una auténtica vergüenza que se siga recibiendo como héroes a los asesinos de ETA.

ETA ha dejado de matar, pero sigue sin disolverse. El fin de la banda terrorista no será efectiva mientras no se disuelvan como organización terrorista, entreguen las armas y colaboren en el esclarecimiento de los más de 300 asesinatos atribuidos a ETA, aún sin resolver.

Los actos de homenaje a terroristas deberían estar prohibidos por ley por enaltecimiento del terrorismo, pero el ministerio del Interior prefiere mirar hacia otro lado.

Con EH Bildu en las instituciones y socio del Gobierno de  Pedro Sánchez, las víctimas del terrorismo son las grandes olvidadas. Habrá paz cuando los verdugos reconozcan todo el daño causado y pidan perdón por lo que nunca debió ocurrir: el asesinato de seres inocentes.