Estos días se han reunido el presidente de Andalucía Juan Manuel Moreno Bonilla y el presidente de la Comunidad Valenciana Ximo Puig para conseguir una financiación justa para ambas comunidades y establecer un frente común.

Que dos presidentes se reúnan y dialoguen debería ser algo normal, sin embargo, esto no ocurre con frecuencia. Por eso, como ciudadano, me felicito de la disposición al diálogo de ambos líderes que han mostrado muy buena sintonía.

Estos dos ejemplos deberían extrapolarse al resto de la clase política, donde por desgracia estamos asistiendo a insultos y provocaciones constantes en el Parlamento de la nación, como el que ocurrió ayer mismo donde un diputado de Vox llamó “bruja” a una diputada del PSOE, negándose a abandonar su escaño, pese a las reiteradas llamadas al orden por parte del presidente de la Cámara para que retirara los insultos. No hace mucho tiempo también una dirigente de la CUP llamó “fascista” a la dirigente de Vox Macarena Olona. En ninguno de los dos casos hubo una rectificación sino que se ratificaron en los mismos.

Por eso es dignificante ver como dos líderes políticos de partidos distintos son capaces de dialogar sin insultarse.