El último informe de Caritas cifra en 11 millones, las personas en situación de extrema pobreza. Estas cifras que hace años pensaríamos que jamás podrían producirse en España, ocurren por desgracia en nuestro país.

La pandemia ha acrecentado estas cifras, ya de por sí malas. Concretamente hay 2,5 millones de personas más  en riesgo de exclusión que antes del COVID, Muchas personas han perdido el empleo como consecuencia de la crisis sanitaria.

Las ayudas que prometió el Gobierno no llegan. Solo un 18% de estas personas percibe el Ingreso Mínimo Vital.

Las colas del hambre no paran de crecer, aunque pocas veces se ven estas imágenes en los informativos. Familias que antes tenían un trabajo ahora se ven obligadas a ir a los comedores sociales.

Mi hermana Beatriz es  voluntaria desde hace muchos años de una asociación católica con sede en Alicante que se llama Acomar que se dedica a dar de comer a los sin techo y me comenta que no ha visto una situación parecida nunca en todos los años que lleva prestando el voluntariado. Los albergues están saturados y viven en la calle, muchos con problemas psiquiátricos.

El Gobierno en particular y el resto de partidos políticos deberían ocuparse y preocuparse por este drama social que viven muchas familias españolas.