La entrevista con Macarena Olona en La Noche en 24 horas fue de las más tensas que he visto en los últimos años. Ni la propia portavoz y secretaria general de Vox ni los periodistas allí presentes estuvieron cómodos a lo largo de la entrevista. La cosa fue a más cuando la representante de Vox repreguntó a la periodista de El País Elsa García de Blas que le explicara por qué define a su formación política como extrema derecha.

La verdad es que Elsa García de Blas se armó un enorme lio y utilizó vaguedades y le faltó concreción para tratar de encuadrar a Vox en la extrema derecha, señalando que Vox se enmarca en los parámetros en los que se encuadran los partidos de extrema derecha en toda Europa.

No sabemos qué parámetros son esos ni a qué partidos de extrema derecha se refiere. ¿Amanecer Dorado, Agrupación Nacional, Liga Norte?    Estos partidos sí que reconocen tener una ideología fascista, nazi o de ultraderecha. En Vox sus dirigentes siempre han rehuido utilizar esta etiqueta ideológica.                           

La mayoría de los medios de comunicación se refieren a Vox utilizando la coletilla “extrema derecha” o “derecha extrema”. Los políticos siempre emplean el término extrema derecha para referirse a Vox.

Entre las principales propuestas de Vox están: la abolición de las autonomías, la centralización del Estado, la abolición de la ley del aborto, derogación de la Ley de Memoria Histórica, la defensa de la unidad de la nación española, mano dura contra la inmigración ilegal, bajada de impuestos para las rentas altas o la ilegalización de partidos, asociaciones y ONG que busquen acabar con la unidad de España.

Sin embargo, conozco a muchos votantes y simpatizantes de Vox que no se consideran dentro de ese espectro político y se consideran votantes de derechas.