Poco ha durado la alegría. A punto de comenzar el invierno y con una variante nueva mucho más agresiva por su elevado grado de contagio, como es la variante sudafricana, Ontinyent registra una incidencia acumulada de 257 casos por cada 100.000 habitantes, lo que sitúa a la capital de la Vall d’Albaida en riesgo extremo.

En las últimas semanas, tal como informaba el Periodic d’Ontinyent, la incidencia ha ido aumentando en la ciudad de Ontinyent. Los datos de la Consellería de Sanidad hace días que reflejan una subida gradual de PCR positivos, pasando de 4.206 casos desde el inicio de la pandemia a 4.236. En los últimos catorce días se ha pasado de 78 a 92, según estas mismas fuentes.

Con las Navidades a la vuelta de la esquina y ante el temor de la nueva variante, es necesario poner en marcha medidas para contener la propagación del virus y evitar el colapso del sistema sanitario, como ha ocurrido en las anteriores olas.

El número de contagios se ha disparado porque se han relajado las medidas de confinamiento y muchos habían pensado que lo peor del virus había pasado. Prácticamente todos estábamos haciendo una vida casi normal cuando el virus sigue activo. Está claro que cuando la incidencia había bajado a niveles de riesgo bajo, las medidas tenían que suavizarse, como así se ha hecho.

España está mejor respecto a otros países como Austria que ha vuelto a confinar a toda la población o Alemania con la cifra de contagios disparada porque el ritmo de vacunación en nuestro país es mucho mayor, con un 90% de la población con la pauta completa. Los mayores de 70 años ya han recibido la tercera dosis y es muy probable que pronto comience la vacunación para los mayores de 60 años y el personal sanitario.

También el pasaporte Covid que será obligatorio en restaurantes y locales de ocio es una buena medida para controlar los contagios. Pero, sobre todo, es la actitud personal de cada uno de nosotros la mejor arma para combatir la pandemia. El uso de mascarilla en espacios abiertos y cerrados, donde la ventilación no sea posible, mantener la distancia de seguridad, lavarse las manos … todas estas medidas deben seguir manteniéndose durante mucho tiempo.

En España, el porcentaje de personas que se niegan a vacunarse es muy bajo, pero dado que no se puede obligar a vacunar a toda la población porque legalmente es imposible en estos momentos,  una ley de pandemia, como viene reclamando la oposición ayudaría a que no hubiera vacíos legales como los hay ahora, donde los tribunales de Justicia han tumbado medidas aprobadas por el Gobierno, como ha ocurrido con los dos estados de alarma. Esta ley es necesaria ante los nuevos escenarios que puedan darse en un futuro y poder actuar de manera coordinada y bajo el amparo legal.