Se equivoca el presidente de la Generalitat Valenciana  Ximo Puig no endureciendo las medidas de cara a estas navidades, donde en mi modesta opinión debería volverse a un nuevo estado de alarma, confinando nuevamente a la población o desde luego aplicando medidas más severas de las que se han anunciado. La proliferación de contagios de la nueva variante Ómicron que se expande a mayor velocidad que las anteriores hacen necesario tomar  medidas que aunque impopulares,  son necesarias para tratar de contener el virus.

Ampliar el pasaporte Covid a otros espacios como cines o teatros y no solo a la hostelería o lugares de ocio como hasta ahora, es insuficiente.

Hay Comunidades Autónomas como la valenciana que se encuentran en riesgo grave con la incidencia disparada y aún no se han celebrado las cenas de navidad, que podrían aumentar aún más los contagios y en consecuencia la presión en las UCI y en los hospitales. La atención primaria ya está desbordada en muchos centros de salud. Y la culpa no es de los sanitarios, como ha señalado Isabel Díaz Ayuso sino a la falta de profesionales y de recursos materiales. Unas deficiencias que vienen de lejos, tras años de recortes en la sanidad pública.

Llevamos casi dos años con el virus y parece que no hayamos aprendido nada en todo este tiempo. Este pasado miércoles se ha celebrado la conferencia de presidentes, esta vez sí ha acudido Pere Aragonés, sin ningún plan claro por parte del Gobierno que ayude a actuar de forma más coordinada a las diferentes CCAA en lo que se ha dado en la llamar cogobernanza.