Los precios siguen desbocados y el IPC ya supera los dos dígitos, concretamente el 10,2%. Falta por ver el efecto que tendrá el segundo paquete de medidas que el Consejo de Ministros aprobó el pasado sábado para contener el alza de los precios, entre ellas la rebaja del IVA en la factura de la luz del 10% al 5%, medidas que la oposición ya ha calificado de insuficientes.

Es evidente que faltan medidas adicionales que deberían ir encaminadas a una rebaja de impuestos.

El grueso de las medidas va dirigido a las clases medias y más vulnerables de este país que son las que más están sufriendo el alza de los precios y las consecuencias de la crisis.

Decía el periodista y escritor Juan Cruz que él no sabe de economía, pero sí de consumo y que hoy la cesta de la compra vale el doble y pesa menos.

Los alimentos básicos como el pan, la leche o el aceite están subiendo más que la media. En plena crisis, las grandes cadenas de alimentación están repercutiendo la subida de los precios en todos los productos, engordando sus beneficios.

La subida de los precios de los combustibles y su efecto sobre la inflación se va a prolongar mientras dure la guerra en Ucrania que no parece que vaya a ser corta cuando se cumplen ya 100 días. España no es un país al que le afecte tanto el precio del gas que viene de Rusia, como si le ocurre a Alemania, pero no es inmune a sus efectos.

Tras la inflación viene un periodo de recesión arrastrado por las primeras economías del mundo, entre ellas Alemania.

La presidenta del BCE Christine Lagarde ya ha anunciado una subida de tipos de interés para este mes de julio en línea con lo que ha hecho la Reserva Federal de EEUU.

Históricamente la inflación se ha llevado por delante muchos gobiernos. No será la última vez que esto ocurra.