Un medio de comunicación local informaba en su página web sobre una presunta violación que ha tenido lugar esta pasada madrugada en Ontinyent. De momento, no se ha detenido al agresor, aunque la policía sigue con las investigaciones para dar con el autor de la violación.

Este mismo periódico en su edición del pasado mes de noviembre, señalaba que los delitos sexuales habían crecido un 83% en Xátiva y un 40% en Ontinyent, según el último balance de criminalidad que trimestralmente elabora la Secretaria de Estado de Seguridad para municipios de más de 30.000 habitantes.

Unas cifras realmente aterradoras de la violencia machista que siguen sufriendo muchas mujeres. Violaciones grupales, sumisión química … drogar a la víctima para luego abusar de ella.

El número de violaciones y agresiones sexuales que se cometen en nuestro país lejos de decrecer aumentan cada año.

La nueva ley de libertad sexual aprobada por el Gobierno considera violación todo acto sexual que no sea consentido, independientemente de si se ha usado o no la fuerza o la intimidación. Hasta ahora para que se considerara delito de violación debía existir fuerza física o intimidación. Si no era así, tenía la consideración de abuso o agresión sexual, con una pena de cárcel muy inferior.  Esto daba lugar a que muchos jueces en sus sentencias condenatorias consideraran abuso sexual en lugar de violación cuando no mediaba fuerza de por medio.

Algunas sentencias han sacado a la luz cuestiones absolutamente vergonzantes cómo preguntar qué tipo de ropa vestía la víctima como si llevar puesta una minifalda fuera signo de provocación y estuviera justificada la agresión.

Ante esta lacra social solo cabe demandar más educación en las escuelas y colegios, educando a los niños desde la infancia  en valores de igualdad y tolerancia.

También mayor protección a las víctimas de la violencia de género.

Algunos partidos siguen negando esta realidad que viven por desgracia muchas mujeres en nuestro país.

Las mujeres son las que mayoritariamente sufren la violencia machista por mucho que algunos quieran hablar de violencia intrafamiliar.

Las políticas de igualdad de género siguen siendo insuficientes.

Todavía muchas mujeres que son víctimas de violencia machista se niegan a denunciar a su agresor por miedo a las represalias.  En muchos casos no ha existido una denuncia previa por parte de la víctima.

La denuncia es el primer paso para acabar con esta lacra social. 23 mujeres han sido asesinadas en lo que llevamos de año.

Se habla mucho de la violencia física, pero existe otra igualmente execrable que es la violencia psicológica. Una violencia que va matando poco a poco a la víctima y que le va dejando secuelas de por vida.

Vivir en una sociedad sin miedo y en igualdad, y hacer de nuestro país un lugar más libre y más seguro para todos debería ser una meta común para todos.