Apenas unos días después del polémico viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes de los EEUU, Nancy Pelosi a Taiwán, una delegación de congresistas estadounidenses ha viajado de nuevo a la isla en medio de la tensión con China.

Me pregunto qué hubiera pasado si en lugar de estar los demócratas en la Casa Blanca hubieran estado los republicanos y más concretamente Donald Trump.

Ha sido el propio ex secretario de Estado de EEUU, Henry Kissinger durante una entrevista en The Wall Street Journal quien ha afirmado que EEUU está al borde la guerra con Rusia y China.

La UE no está participando directamente en el conflicto militar con Ucrania, pero sí lo está haciendo de manera indirecta mediante el envío de armamento y de ayuda económica, como lo está haciendo EEUU.

El mundo vuelve a dos bloques como durante la guerra fría, solo que esta vez con armamento nuclear mucho más peligroso.

EEUU es el más interesado en que continúe la guerra porque es el país que más se está beneficiando económicamente mediante la venta de armamento, de petróleo y ahora también de gas.

La invasión de Ucrania por parte de Rusia no tiene ninguna justificación posible y viola todas las normas del derecho internacional, pero dicho esto, también es cierto que se debería haber escuchado más a Rusia cuando reclamaba más seguridad en sus fronteras ante el avance de los países de la OTAN. No se hizo.

EEUU resurge con fuerza y vuelve a recuperar la hegemonía que había perdido en favor de China  y también la OTAN que estaba prácticamente desaparecida ha salido reforzada.

Es necesario que Rusia y Kiev se sienten a negociar un plan de paz que ponga fin a más de seis meses de guerra. Seguir armando a Ucrania solo va a conseguir que el conflicto se prolongue y que las esperanzas de paz se diluyan.