Putin aunque de momento vaya perdiendo la guerra, no puede dar la imagen de debilidad ante la población rusa.

Hasta ahora los rusos no se habían enterado de que había una guerra cerca de sus fronteras.

La movilización parcial que ha decretado Putin para llevar al frente a 300.000 soldados, aunque no se descarta llegar hasta el millón de combatientes es una nueva demostración de que la guerra no le está yendo nada bien y de implicar en ella a toda la población rusa.

Las protestas en la calle con más de un millar de personas detenidas en un país y en un momento donde cada vez hay más gente en contra de la guerra son, sin duda, una buena noticia para la paz. Pero dudo mucho de que Putin esté dispuesto a escucharlos.

La jugada de Putin es anexionarse los territorios ocupados de Ucrania, bajo unos fraudulentos referendos, sin ningún respaldo internacional. De este modo, una agresión por parte de Ucrania a estos territorios sería considerada una agresión a la Federación Rusa. Eso le daría a Putin carta blanca para arrasar Ucrania.

Rusia tiene armamento que todavía no ha utilizado en la guerra, pero que puede utilizar en cualquier momento, máxime si ve amenazada la integridad territorial rusa. Entre ese armamento no se descarta la utilización de armamento nuclear táctico. Hasta ahora este tipo de armamento no se ha utilizado en ningún conflicto real y esperemos que no sea este el escenario para probarlo.

Si Putin está dispuesto o no a apretar el botón nuclear va a depender mucho de cómo le vaya en la guerra y de la posición de China.

Otra cuestión es saber si Occidente y EEUU están dispuestos a responder a esa agresión con las mismas armas, lo cual implicaría la destrucción del planeta en cuestión de minutos.

Hace solo unos meses nadie pensaba que Putin sería capaz de invadir Ucrania y lo hizo. Por tanto, nada es descartable en estos momentos donde la guerra amenaza con extenderse.