Aunque en el momento de redactar estas líneas aún no se han cerrado los colegios electorales en Italia, todas las encuestas dan por hecho con una fiabilidad casi unánime, una victoria de la extrema derecha en Italia. Es un voto de castigo a los sucesivos gobiernos de izquierda que han fracasado.

La izquierda que se presenta dividida no ha sido capaz de canalizar todo ese descontento social en torno a un proyecto ilusionante.

La victoria de Giorgia Meloni deja a Italia en una situación muy complicada en la UE por que puede romper el consenso contra Putin.

Una inquietud que se manifiesta doblemente por las declaraciones de su aliado en estas elecciones, Silvio Berlusconi quien se ha mostrado bastante condescendiente con el dictador ruso, justificando la invasión de Ucrania.

En un momento en que toda la UE debe dar ejemplo de unidad ante la amenaza que supone Putin, la UE no se puede permitir ninguna clase de fisuras.

Veremos qué programa aplica el nuevo Gobierno de Meloni. Su discurso, comparado con el que pronunció en un acto de Vox  en Marbella , donde arremetió contra el colectivo LGTBI y defendió el matrimonio convencional, se ha suavizado en los últimos días.

Desde la II Guerra Mundial, el fascismo no había irrumpido en las instituciones italianas.