Las declaraciones de un inspector jefe de la Policía Nacional que ha sido inmediatamente cesado por el ministerio del Interior, afirmando que “la práctica totalidad de los delincuentes son inmigrantes ilegales” no solo son falsas y alimentan bulos, como demuestran las cifras sino que, además, pretenden criminalizar a todos los inmigrantes.

Son unas declaraciones que destilan odio y xenofobia que son graves, pero que son especialmente más graves por quién las dice.

Esta corriente antiinmigración que alientan algunos partidos políticos como VOX está creando un poso muy peligroso de odio hacia el inmigrante.

Relacionar inmigración con delitos o violencia solo contribuye a fomentar el odio y la xenofobia. Algunos partidos, de tinte populista, mantienen este discurso de culpabilizar a la inmigración de todos los males de la sociedad.

Una gran parte del Estado del bienestar del que hoy disfrutamos todos se sostiene gracias a la inmigración.

Según datos del Registro Central de Penados, de los 411.000 delitos que se cometieron en España en 2021;  un total de 309.000 fueron cometidos por españoles mientras que el resto, es decir, 102.000 por extranjeros.

La mayoría de los inmigrantes que llegan a nuestro país lo hacen de manera legal y con un contrato de trabajo. Muchos de ellos se ven obligados a salir de su país en busca de un futuro mejor. Las guerras, la pobreza, la miseria; les empuja a marcharse de sus países, como trataríamos de hacer cualquiera de nosotros, si nos encontráramos en una situación similar. De hecho, muchos españoles saben lo que es salir de su país para buscar trabajo.

España necesita mano de obra inmigrante en muchos trabajos que los nacionales no están dispuestos a realizar, como es el caso de la hostelería o la agricultura.

En mi caso particular, gracias al trabajo de los inmigrantes que vienen a la finca a realizar los trabajos del campo he podido sacar adelante la finca agrícola que de otra manera hubiera sido totalmente inviable.