Aunque falta un año para que se celebren elecciones generales sino se rompe el Gobierno antes y hay un adelanto electoral, todas las encuestas coinciden en señalar, la última la hemos conocido hoy a través del periódico El País, es que siendo el PP el partido más votado, las distancias respecto al PSOE se acortan conforme pasan las semanas y se aproximan los comicios.

El efecto Feijóo va diluyéndose. La novedad no ha generado la ilusión que se esperaba en la ciudadanía.  Las expectativas que había despertado cuando se hizo cargo del partido que hablaban incluso de una mayoría absoluta están muy lejos de ser una realidad, esta opción no se daría ahora mismo ni sumando los votos de Vox. Si ocurriría lo contrario, si el PSOE mantuviera sus alianzas con sus actuales socios de investidura.

El PP no ha sabido aprovechar en términos de intención de voto el desgaste del Gobierno después de varias leyes muy polémicas como la del solo sí es sí, que ha permitido que se rebajen condenas a violadores y pederastas o que se produzcan excarcelaciones de condenados por delitos de agresión sexual.

El tono bronco y a menudo crispado de Núñez Feijóo que vino a la política nacional a no insultar sino a ganar a Sánchez va cada vez impregnando los discursos del líder del PP siguiendo la línea de confrontación de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso.