La manifestación que tuvo lugar este sábado en Madrid a favor de la democracia, la Constitución y el estado de Derecho, que reunió a miles de personas fue un éxito de convocatoria, pese a la nula presencia en los informativos de la casa que le dedicaron poco espacio divulgativo.

Alberto Núñez Feijóo prefirió ausentarse de la marcha para evitar una foto como la de Colón en 2019 con sus socios de investidura en Castilla y León.

Los populares entienden que estas marchas no les benefician en nada. Si son un éxito, el mérito se lo atribuye Vox y si son un fracaso, la culpa es del PP.

Feijóo quiere marcar distancias con la formación de Santiago Abascal que reclama un adelanto electoral para echar a Sánchez de La Moncloa. Descartada la moción de censura, que el PP ya ha dicho que no va a apoyar, los de Abascal piden un anticipo de las elecciones generales.

Sí estuvieron Inés Arrimadas y Begoña Villacís, contra el criterio de la nueva dirección de Ciudadanos. Su rival en las primarias Edmundo Bal tampoco estuvo presente en la manifestación.

Arrimadas que ha dejado la dirección de la formación naranja y cuyo partido está en clara descomposición interna y a punto de su desaparición, acudió a la manifestación para protestar contra Pedro Sánchez y su política de pactos.

Me parece algo exagerado que se diga desde ciertos partidos políticos como Ciudadanos que en España peligra la democracia y la libertad y que vamos camino de una dictadura. Estas hipérboles buscan desacreditar a un gobierno que nos guste o no es legal y legítimo porque cuenta con una mayoría parlamentaria que lo sustenta.

No sé si el presidente del Gobierno se hará eco del éxito de la manifestación o tratara de restarle valor político, pero, al menos, sí debería tomar nota del descontento ciudadano que han generado sus últimas decisiones políticas para contentar a sus socios independentistas como ha sido la abolición de la sedición y la reforma de la malversación.