Han tenido que pasar más de tres meses para que el Gobierno rectifique una ley que está mal hecha desde el primer momento y que ha permitido la rebaja de pena a más de 300 violadores y la excarcelación de otros tantos.

Han tardado tres meses en ver los “efectos no deseados” de la ley del sí solo es sí. ¿Qué ocurrirá ahora con todos esos violadores que han visto reducidas sus condenas? ¿Qué pasará cuando salgan y vuelvan a violar? ¿A quién habrá que pedir responsabilidades entonces?

La nueva reforma no tendrá carácter retroactivo, de tal manera que los agresores sexuales que se han acogido a los beneficios de la ley del solo sí es sí no perderán sus derechos.

Desde la formación morada no han reconocido aún su error. Siguen defendiendo una ley que ha sacado de la cárcel a violadores. La culpa no es de los legisladores que han hecho una chapuza de ley sino de los jueces que son “machistas y fascistas”.

La realidad no la pueden seguir enmascarando con una ley que en la práctica ha conseguido el efecto contrario de lo que se pretendía en un primer momento: defender a las víctimas de los agresores sexuales. Con esta ley, las mujeres están más desprotegidas de lo que lo estaban antes.

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez debería haber cesado en el minuto uno a la ministra de Igualdad Irene Montero por su incompetencia manifiesta para el cargo que ocupa.

Está bien que el Gobierno rectifique ahora y que lo haga con acuerdo o sin acuerdo de Unidas Podemos. Núñez Feijóo  ha puesto a disposición de Sánchez los votos del PP para que salga adelante la reforma de la ley. No deberían perder más tiempo.