Pedro Sánchez da por hecho la formación de un gobierno progresista, a falta todavía de saber lo que hará Junts. Sánchez corre el riesgo de que le pase lo mismo que a Feijóo que se vio como presidente del Gobierno y luego los números no le salieron. En política uno tiene que ser prudente y no cantar victoria antes de tiempo.
El acuerdo entre Sánchez y Yolanda Díaz se daba por hecho, pese a que hace solo unos días la ministra de Trabajo en funciones dijo que todavía estaban lejos de alcanzar un acuerdo entre ambas formaciones. No se lo creyó nadie.
El partido de Carles Puigdemont sigue tensando la cuerda para investir a Sánchez como presidente del Gobierno, aunque la gobernabilidad de España les trae al pairo. La pugna es exclusivamente con ERC para ver quién de los dos sacada más tajada de la debilidad de Sánchez para contentar a su electorado.
Puigdemont es un tipo imprevisible y poco de fiar, por tanto, de aquí al 27 de noviembre puede ocurrir de todo, aunque el escenario de una repetición electoral sea el que menos le favorece porque una victoria del PP y Vox, algo probable, echaría por tierra todas sus reivindicaciones y complicaría aún más su regreso a España. Me temo que va a aguantar hasta el último minuto.
El ex president catalán que de tonto no tiene un pelo sabe perfectamente que no encontrará un candidato mejor que Pedro Sánchez para sacarle hasta los higadillos, con tal de continuar en La Moncloa.