La subida del SMI pactado entre los sindicatos y el Gobierno, a la que no se ha sumado la patronal, tendrá una incidencia muy negativa en el sector agrario, como ya ha lo han denunciado algunas organizaciones agrarias que lo califican de inasumible para un sector que ha perdido cerca de 100.000 empleos desde 2021.
La subida del SMI un 5% que pasa de 1.080 euros a 1.134 euros en 14 pagas tendrá un coste para las empresas de 4.500 millones de euros, especialmente para pymes y autónomos, en un contexto de alza de costes por el proceso inflacionista. Esto llevará a muchas empresas a bajar la persiana al no poder asumir ese incremento en los costes laborales, que, por otro lado, no se ve correspondido con una mayor cifra de negocios y de los beneficios.
Siempre ponemos el foco en las grandes empresas de este país como Inditex o Mercadona que cierran sus cuentas anuales con pingües beneficios, pero la realidad empresarial no es esa, ya que casi el 95% del tejido empresarial lo constituyen las pequeñas y medianas empresas, algunas con dos o tres empleados, que se las ven y se las desean para llegar a fin de mes y pagar las nóminas.
Gobierno y sindicatos han ido más allá de la propuesta inicial de la patronal que estaba dispuesta a cerrar un acuerdo de subida del SMI del 3%. El Gobierno proponía un 4% y los agentes sociales, CCOO y UGT, un 5%.
Al final Yolanda Díaz ha querido imponer un castigo a la patronal por no sumarse al acuerdo y la subida será del 5%. Los resultados de esa rabieta la veremos pronto reflejada en las cifras del paro y de la destrucción de empleo, como ya ha alertado el Banco de España.
Es necesario recuperar el diálogo social que hizo posible entre otros avances sociales, la reforma laboral que fue rubricada por todos los agentes sociales, patronal y sindicatos. Gobernar a base de decreto- ley (139 desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno) o como ha hecho la ministra de Trabajo Yolanda Díaz, pactando la subida del SMI solo con los sindicatos, un punto por encima de la propuesta inicial del Gobierno, dejando fuera del acuerdo a la patronal, es romper con el diálogo social que hoy es más necesario que nunca.