Con las elecciones gallegas a la vuelta de la esquina y con el PP con muchas posibilidades de repetir mayoría absoluta por quinta vez, aunque esta vez de la mano de Alfonso Rueda, el hombre de Alberto Núñez Feijóo en Galicia, la oposición quiere utilizar el incidente de los pellets que no tiene nada que ver con el desastre ecológico que provocó el hundimiento del Prestige que afectó a 2000 kilómetros de costa española, francesa y portuguesa; con fines meramente electoralistas, cuando todas las encuestas sitúan a Sumar fuera del parlamento gallego. De ahí que la ministra de Trabajo Yolanda Díaz y el becario de Iñigo Errejón hayan ido raudos y veloces a las playas gallegas para hacerse fotos y acusar al PP de mentir.
Hay que ver el teatro que le están echando a los pellets con la única intención de interferir en las elecciones gallegas ante los malos resultados que pronostican las encuestas para el partido de Yolanda Díaz que se quedaría sin representación en la Xunta al igual que Vox.
Las imágenes que han difundido los medios de comunicación hablan por sí solas. Afortunadamente, no hay un desastre ecológico, como el que provocó el Prestige, pero la utilización política con fines partidistas de un hecho como el que ha producido la aparición de pequeñas bolitas de plástico, tras caer al mar un contenedor que transportaba un mercante de bandera liberiana es un hecho por desgracia frecuente. No es responsabilidad de la Xunta, aunque desde el Gobierno señalan directamente al Gobierno gallego. A nivel mundial, más de 250.000 toneladas de bolitas de plástico terminan cada año en el mar. Las playas están llenas de estos fragmentos, aunque a veces no sea evidente y se desplazan miles de kilómetros, como ha señalado una experta en la materia.
La responsabilidad en cualquier caso es de las empresas que cruzan el mar, cargados de mercancías peligrosas, incumpliendo sistemáticamente la Ley de Responsabilidad Ambiental, aunque a veces es difícil determinarla, como en este cas, donde intervienen varios países, aunque el buque tuviera bandera liberiana.
En España, sin embargo, como somos más listos que nadie han dado rápidamente con los responsables, señalando directamente a la Xunta, como ya ocurrió en el caso del Prestige.