¿Cuándo entenderán el PP y el PSOE, Feijóo y Sánchez que tienen que entenderse por el bien de la gobernabilidad de este país? No parece que ninguno esté dispuesto a dar el paso. Mientras los populares forman gobiernos en CCAA y Ayuntamientos con Vox; los socialistas pactan con independentistas y nacionalistas el Gobierno de la nación.

Pedro Sánchez prefiere sentarse a dialogar con un prófugo de la justicia, como es el señor Carles Puigdemont antes que hacerlo con el líder del primer partido de la oposición, ganador de las elecciones generales del pasado 23-J con 136 escaños y más de 8 millones de votos.

¿Hasta dónde está dispuesto a ceder Sánchez para mantenerse en La Moncloa? ¿Cuál será la siguiente línea roja que está dispuesto a traspasar? ¿El referéndum de independencia? ¿La amnistía para los presos de ETA? Después de eliminar el delito de sedición, reformar la malversación, conceder los indultos a los políticos presos por el “procés” y aprobar una Ley de Amnistía, que dejará sin consecuencias penales, los delitos que cometieron los políticos catalanes y permitirá, entre otras cosas, que Carles Puigdemont regrese a España sin ser juzgado, al presidente del Gobierno Pedro Sánchez solo le queda ceder ante el referéndum de independencia y sacar a la calle a los terroristas de ETA que aún están cumpliendo condenas por asesinato. Me gustaría pensar que no está dispuesto a hacerlo, pero después de ver cómo ha actuado Sánchez, prometiendo una cosa y haciendo todo lo contrario puede pasar de todo hasta que sea constitucional celebrar un referéndum de independencia, como ocurrió con la Ley de Amnistía que hasta unos días antes de las elecciones era inconstitucional. Lo pensaba Pedro Sánchez y todo el Gobierno socialista. Pero cuando Sánchez hizo de la necesidad virtud, todo cambió.

Sus socios de gobierno, en palabras de Jordi Turull ya le han dicho, que si el Estado se niega en redondo y no hay referéndum de independencia, “colorín, colorado”. Este cuento se ha acabado y es lo que puede ocurrir en cualquier momento, si los independentistas dejan caer a Sánchez. No lo harán mientras Sánchez siga dispuesto a ceder en todo. En el momento diga no a algo, se acabó la legislatura. Es imposible que haya estabilidad cuando continuamente tienes una pistola apuntándote en la sien. Entiéndase esto en sentido figurado.

Siguen, por tanto, con sus amenazas, como pudimos comprobar durante la votación de las medidas anticrisis que finalmente se aprobaron por la abstención de Junts porque en el último momento el Gobierno cedió, entregando las competencias en materia de emigración al Gobierno de la Generalitat. Si no lo hubiera hecho, habrían  votado en contra de que se revaloricen las pensiones, se paralicen los desahucios, se mantenga la rebaja del IVA en los productos de primera necesidad, continúe la gratuidad en el transporte público o lleguen a España 10.000 millones de euros de ayudas europeas. Les da completamente igual que estas medidas sociales salgan adelante o no. Lo único que les importa es que celebre en Cataluña un referéndum de independencia.

No puede continuar el chantaje. Así no se puede gobernar. Es responsabilidad de los dos únicos partidos con sentido de Estado, como son el PSOE y el PP que vuelvan a la senda del diálogo y el consenso porque los españoles no merecemos este lamentable espectáculo en que se ha convertido el Congreso de los Diputados, donde necesitamos de mediadores internacionales porque no se fían unos de otros.