Lo que debería haber sido un acto de consenso y concordia se convirtió en un acto de enfrentamiento político.

El pasado 15 de enero se conmemoró el 32º aniversario del asesinato del profesor y político valenciano Manuel Broseta.

Broseta fue asesinado por la banda terrorista ETA cuando el profesor se dirigía a la Facultad de Derecho para impartir sus clases de Derecho Mercantil. En el mismo lugar donde el profesor fue asesinado se ha levantado un monumento en su memoria.

Vox utilizó este acto para arremeter contra la presencia del ex presidente de la Generalitat Ximo Puig que acudió por deseo expreso de la familia junto al presidente Carlos Mazón que ha condenado las palabras de su vicepresidente del Consell, Vicente Barrera. También acudió la alcaldesa de Valencia, María José Catalá.

Se da la circunstancia de que Ximo Puig lleva asistiendo a este acto desde hace mucho tiempo antes incluso de que Vox existiera. Pero, además, el que fuera presidente de la Generalitat siempre ha estado al lado de las víctimas del terrorismo.

También Pablo Broseta hijo del asesinado y nuevo secretario autonómico de Representación ante la UE y las CCAA, criticó las palabras del ex torero valenciano y se felicitó de que Puig y Mazón estuvieran en el acto de homenaje a su padre. “Esta es una imagen que muchos deberíamos exigir y reclamar. Reflejo de acuerdo y consenso”, escribía en su tuit el político popular.

Frente a este acuerdo y consenso de la clase política que reclamaba Broseta, Barrera colgó un tuit en las redes sociales en las que criticaba la presencia de Ximo Puig en el acto de homenaje a Manuel Broseta.

Utilizar a las víctimas del terrorismo para hacer política algo que han criticado las propias asociaciones de víctimas del terrorismo es absolutamente inmoral, lo haga quien lo haga.