El hombre Parker en España, Luis Gutiérrez, el gurú de los vinos a nivel mundial que todo lo que toca lo convierte en oro ha vuelto a premiar con sus puntos a los vinos de Terres dels Alforins, especialmente ‘Casa Sosegaday  ‘Casalabor’, ambos de Rafa Cambra, con 95 puntos cada uno y el clásico por excelencia del Celler del Roure, ‘Maduresa’ de Pablo Calatayud que repite con 95 puntos, al igual que su ‘Parotet 22’.

En el pódium de honor, Javi Revert coloca su ‘Simeta’ 21 y la añada 22 de su blanco ‘Micalet’, ambos con 96 puntos, la puntuación máxima para un vino valenciano.

Magnífico reconocimiento al trabajo de bodegueros y viticultores de Terres dels Alforins que han conseguido colocar sus magníficos vinos en lo más alto de la crítica gastronómica, pero también del consumidor final que cada vez demanda más vinos de Terres dels Alforins.

Junto a las bodegas referenciadas al comienzo del artículo, hay que mencionar también Casa Los Frailes, con su épico ‘1771’, elaborado con monastrell; La Viña y ‘Los Escribanos’ elaborado a partir de cepas viejasde hasta 60 años en parcelas seleccionadas de poco más de diez hectáreas, Bodega Los Pinos y su apuesta desde sus inicios por el vino ecológico, Can Leandro, El Angosto o Fil-loxera& Cia, con su icónico La Mujer Caballo.

Todos ellos ejemplos de la gran apuesta que han hecho las bodegas de la zona por la recuperación de las variedades autóctonas que prácticamente habían desaparecido, como la mandó, la arcos, o la forcallá, poniendo especial énfasis en el territorio, como valor a salvaguardar y conservar a generaciones futuras. Un patrimonio que nos debe sentir a todos muy orgullosos del legado que tenemos y, por tanto, que debemos transmitir en el futuro a nuestros hijos.

Viticultores, agricultores y bodegueros han hecho un excelente trabajo, no exento de dificultades, por posicionar sus caldos en el lugar más alto del escalafón vitivinícola, pese a la enorme competencia que existe en el mundo del vino, donde solo en España hay más de 4.000 bodegas que cada día salen al mercado a vender sus vinos.  

Me siento orgulloso de formar parte de ese triunvirato, donde aporto mi pequeño grano de arena para que los vinos de Terres dels Alforins tengan el reconocimiento que se merecen. El vino forma parte de nuestra cultura.

No hay que remontarse muchos años atrás para comprobar la evolución tan positiva que han experimentado los vinos de Terres dels Alforins desde el punto de vista de la calidad, cuando hace solo unos pocos años, las bodegas  elaboraban, mayoritariamente, vinos a granel y donde la prioridad era hacer kilos y la calidad importaba bien poco. Hoy la prioridad es la calidad. La apuesta ha sido clara: vinos de mayor calidad, con un alto valor añadido. El paso ha sido de gigante. Esto ha permitido el reconocimiento que tienen hoy nuestras bodegas. De haber seguido por aquella senda de primar la cantidad frente a la calidad, muchas de estas bodegas ya no existirían. Hay vinos en Terres dels Alforins que no tienen que nada que envidiar a los que se elaboran en otras zonas vinícolas como Ribera del Duero o  La Rioja. Lo que ocurre es que estas DO saben vender sus vinos, mejor que nosotros. Y es aquí donde deberían centrarse todos los esfuerzos.