Las palabras de la ministra de Trabajo Yolanda Díaz de topar los sueldos de los ejecutivos de las empresas españolas han sentado como un jarro de agua fría en el empresariado español. Y no es para menos. El propio Garamendi lo ha calificado de “injerencia bananera y populismo”. Y se ha quedado corto.

Mejorar el salario de los trabajadores no tiene nada que ver con la propuesta de Yolanda Díaz de establecer un máximo, ahora se llama topar, en las retribuciones de los directivos de las empresas. No por bajar el sueldo a los empresarios, los trabajadores van a cobrar más.

Si las empresas ganan dinero, contratan más personal, mejoran salarios y pagan más impuestos.

El sueldo que las empresas privadas pagan a sus directivos no puede someterse al control del Estado porque la decisión en último caso corresponde a los accionistas que son los dueños de la empresa. No el Estado.

Si las empresas pagan sueldos altos a sus directivos no es competencia de la ministra de Trabajo. Este tipo de declaraciones lo único que generan son incertidumbres sobre el modelo económico de nuestro país.

Las empresas son libres de pagar el sueldo que quieran a su cúpula directiva. Si a la ministra le parece que esas retribuciones son escandalosas lo que tiene que hacer es aplicar la tijera en las retribuciones que los políticos como ella cobran de nuestros impuestos.

El mensaje populista que lanza la ministra corresponde más bien a un régimen bolivariano donde no existe la empresa privada y donde el Estado controla los medios de producción. Cuando yo estudiaba esto se llamaba comunismo.

Yolanda Díaz viene del PCE y quiere aplicar recetas comunistas. No sé si el sistema capitalista es el mejor de los modelos económicos, pero desde luego sí sé lo que ha pasado en Cuba o Venezuela, donde las dictaduras comunistas solo han llevado pobreza a su población. Prefiero vivir en EEUU que en Cuba.

La ministra de Trabajo debería centrarse más en rebajar las cifras de paro que todavía sitúan a España como el país con más paro de toda la UE, con especial incidencia en mujeres y jóvenes.