Pedro Sánchez no va a convocar elecciones anticipadas ni se le pasa por la cabeza hacerlo, pese a los malos resultados electorales del pasado domingo y el mapa teñido de azul que ha quedado después de las elecciones al Parlamento europeo, porque sabe perfectamente que de hacerlo, perdería las elecciones y la mayoría parlamentaria con la que cuenta ahora mismo.

Es muy difícil que en la situación actual pudiera repetirse una mayoría, como la que hay ahora mismo en el Congreso de los Diputados, con la izquierda absolutamente dividida y enfrentada, con Yolanda Díaz que ha dejado de estar al frente de Sumar, tras su dimisión y con los independentistas, alcanzado mayorías en el parlamento catalán de espaldas al PSC.

 Sánchez solo convocaría elecciones anticipadas porque es una prerrogativa que compete al presidente del Gobierno, si Junts deja de apoyar el actual Gobierno de coalición y mucho de esto va a tener que ver con la conformación del gobern en el parlament catalán y donde Carles Puigdemont aspira a presidirlo frente a Salvador Illa que fue el ganador de las elecciones catalanas.

Pedro Sánchez aguantará en La Moncloa mientras cuente con el apoyo de Junts, pero este apoyo puede quebrarse en cualquier momento. Puigdemont va a querer ser el próximo presidente de la Generalitat catalana y para que eso ocurra necesita los votos de ERC y la CUP, pero también del PSC. De momento, Josep Rull, candidato y ex conseller de Junts, ha sido elegido presidente del parlament con el apoyo de ERC y la CUP.

La CUP una formación política antisistema y anticapitalista, apoyando a Junts, que no deja de ser un partido conservador, heredero de la antigua CiU.

Sería un suicidio político que Sánchez sacrificara a Salvador Illa, con tal de continuar en la Moncloa. La exigencia de Puigdemont es clara. Qué hará Sánchez es la gran incógnita que no tardará mucho tiempo en despejarse.