Carlos Mazón todavía presidente de la Generalitat Valenciana hizo mención durante una comparecencia ante los medios de comunicación de una serie de errores que había cometido durante la no gestión de la dana, como fue la de confiar en el Gobierno central. Entre los errores, omitió el que parece más importante, como es la ausencia del presidente de la Generalitat durante las horas previas a la riada, donde se han dado innumerables versiones. Pero la realidad es que Mazón no estuvo donde tenía que estar, es decir, en la reunión del Centro de Coordinación de Emergencias de Valencia ( cecopi) y declarando el estado de emergencia desde el primer momento, alertando a la población, donde tanto la Aemet como la CHJ advirtieron del peligro de lluvias torrenciales y del desbordamiento del barranco del Poyo.

Presentarse como una víctima más de esta catástrofe es una auténtica inmoralidad, cuando hay 224 víctimas mortales, 3 desaparecidos y cientos de familias que lo han perdido todo.

Mazón debería presentar su dimisión por una cuestión de dignidad personal porque tampoco está capacitado para liderar la reconstrucción. Quien no ha sido capaz de gestionar la dana tampoco lo está para hacerse cargo de la reconstrucción.

El teniente general, Gan Pampols, el fichaje estrella de Carlos Mazón para acometer la reconstrucción de las zonas afectadas, aún no se ha reunido con el comisionado del Gobierno, José María Ángel, reunión que se debería haber producido desde el primer momento, para estudiar el coste económico de los proyectos, las obras hidráulicas que hay que acometer para evitar que se produzca otra catástrofe de esta magnitud y paliar sus efectos, así como, lo más importante: las vías de financiación.  Cuál es el coste económico y cómo se va a pagar. Sin dinero, no hay reconstrucción posible.

Existe una descoordinación absoluta entre todas las administraciones (central, autonómica, local y municipal) que impide que lo que debería hacerse con agilidad y rapidez, como es el tema de las ayudas a los vecinos afectados, caiga en el limbo administrativo. No hay una ventanilla única para gestionar las ayudas y todo se hace por vía telemática. El anuncio de 5.000 millones de euros a través del ICO, que son ayudas que han de devolverse, aún no se ha hablado con ninguna entidad financiera para abrir las líneas de crédito. Las únicas ayudas que han llegado son las de Juan Roig, el dueño de Mercadona, señalado por la izquierda como un empresario explotador, que ha entregado un total de 35 millones de euros a fondo perdido a 4.600 negocios afectados por la dana y Amancio Ortega, enormemente criticado por la izquierda de este país, que ha entregado el 75% del fondo de 100 millones de euros de ayudas a los ayuntamientos afectados por la dana.

Por lo que se refiere a la ayuda estatal y autonómica sigue llegando con cuentagotas, pese a los millones que anuncian. El Gobierno aún no ha solicitado el Fondo de Solidaridad a Europa, pese a asegurar que lo había hecho. Plazo que termina el próximo 21 de enero. Si el Gobierno no tramita esas ayudas en tiempo y forma, podrían perderse. El Fondo está dotado con 1.500 millones para repartirse entre los países que hayan sufrido algún tipo de catástrofe natural.

Parece que Valencia no es una prioridad para el Gobierno central.