El mejor regalo de cumpleaños que podía esperar ha caído del cielo en forma de lluvia. La dana que asola la península ibérica ha dejado, por el momento, cerca de 40 litros en Fontanars dels Alforins. Pueblos próximos, como Bocairent han amanecido blancos por la nieve. Buenas noticias para el campo valenciano que necesita agua urgentemente, tras meses de extrema sequía.
Está plovent com diuen per ací amb “coneixement”. Ya sabemos, por desgracia, lo que traen las danas y sus devastadoras consecuencias en términos de vidas humanas y de daños económicos.
Pluviómetro situado en un campo de viña de Fontanars dels Alforins (Foto: PS)
Buen comienzo de año para el campo, donde la sequía ha producido una merma importante en las cosechas de uva, almendra y oliva. La DO Alicante confirmaba estos días haber tenido la peor cosecha de los últimos años, con una caída en la producción del 23%, respecto a la campaña anterior que fue también baja. Y en porcentajes similares se han movido el resto de bodegas, almazaras y cooperativas.
Es importante que llueva durante el invierno y la primavera para que la planta y los árboles cojan suficientes nutrientes y recursos hidrícos para afrontar el verano, que suele ser por lo general cálido y muy seco.
Durante noviembre y diciembre apenas llovió, con lo cual la lluvia de hoy llega en el mejor momento posible. Las previsiones son que siga lloviendo durante todo el día de hoy. Aunque la viña se encuentra en estos momentos en parada vegetativa, al igual que el almendro, en unos meses comenzará la brotación. Es bueno que para entonces vuelva a llover.
El cambio climático es una realidad por mucho que algunos traten de negarlo. El cambio climático ya está pasando factura al campo español: cada año se pierde el 6% del valor de la producción, más de 550 millones de euros, según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos ( COAG).
De hecho, ya se están planteando alternativas a los cultivos tradicionales que sean más resistentes a los periodos de sequía. Pero todo ello conlleva importantes desembolsos económicos. Cambiar de cultivo no es una cosa baladí.
Hasta que esto ocurra algunos agricultores seguimos apostando por los cultivos tradicionales, muchos más por puro sentimentalismo que por rentabilidad económica.