Carlos Mazón es un cadáver político y un lastre para el PP. Alberto Núñez Feijóo no tiene competencias para destituir o cesar  al presidente de la Generalitat Valenciana, pero sí puede y debería hacerlo, convocar una gestora para buscar un candidato alternativo, que contaría con el apoyo de los socialistas valencianos, a cambio de la salida de Mazón de la presidencia de la Generalitat.

Nadie habla de adelantar elecciones, salvo Compromís, pero sí de buscar un relevo al frente de la presidencia de la Generalitat que no puede seguir ostentando Carlos Mazón por sus múltiples incompetencias en la gestión de la dana.

Mantener a Mazón al frente de la Generalitat para liderar la reconstrucción es una absoluta equivocación porque quien no ha sido capaz de gestionar la dana, difícilmente puede hacerse cargo de su reconstrucción.

Valencia es una plaza muy importante para el PP, donde ahora mismo, si se celebraran elecciones autonómicas y municipales, perdería al no poder reeditar su pacto con Vox, dejando paso a un Gobierno del Botànic.

Las ovaciones a Carlos Mazón en la cumbre de presidentes autonómicos de hace solo unos días por parte de los barones del PP son un insulto a las víctimas y a los miles de afectados que lo han perdido todo y que casi tres meses después de la tragedia siguen sin poder rehacer sus vidas.

Realmente, de qué aplaudían, nos preguntamos muchos de nosotros con 224 víctimas mortales, más otros dos trabajadores que han perdido su vida mientras realizaban tareas de limpieza en algunos edificios a los que hay que sumar todavía 3 desaparecidos. ¿Se merece Mazón ser recibido con una ovación unánime? Sinceramente, creo que no.

Ni Sánchez ni Mazón pueden pisar la calle, sin ser insultados. En la toma de posesión de la rectora de la Universidad de Alicante, Mazón volvió a ser increpado por una estudiante que se encontraba presente en el acto.

Esto le va a perseguir a Mazón durante toda su vida. Yo no sé, si como le preguntaba Joan Baldoví puede dormir por las noches y tener la conciencia tranquila, lo que sí sé es que los valencianos se merecen a una persona competente y resolutiva para afrontar las tareas de reconstrucción de las zonas afectadas y el impacto económico que ha tenido sobre la economía valenciana la catástrofe del 29-O, con miles de empresas y de puestos de trabajo afectados.

Sacar adelante a todos estos pueblos, en total 84 municipios, requiere la colaboración de todas las administraciones del Estado, y por supuesto, de los partidos políticos, que ahora mismo no están dónde se les espera.