Sigue lloviendo. Desde ayer que comenzó la borrasca, llevamos más de 11 litros acumulados. Como dice el refrán: Nunca llueve a gusto de todos. Y es que lo que es bueno para unas cosas, viña, cereal y olivar, no lo es para otras, almendros, sobre todo los que ya están en flor que son la mayoría. Pero aún así el campo necesita que llueva.

Llevamos unos años de sequía muy importantes que se han traducido en una reducción de las producciones que unido a los bajos precios y al alza de los costes hacen muy difícil el trabajo de agricultores y viticultores.

Vivir del campo resulta cada vez más difícil. A los problemas señalados anteriormente se unen la falta de relevo generacional. El campo envejece a machas forzadas, sin alternativas. La edad media del agricultor se sitúa en los 61 años. Lo cual quiere decir que en un par de años la mayoría de los agricultores se habrá jubilado. La gente joven no quiere trabajar en el campo porque no es rentable. Y, por otro lado, falta mano de obra. Es gracias a la inmigración que se encuentran cuadrillas para los trabajos de campo, como ahora mismo la poda de la viña. Si no fuera gracias a la mano de obra extranjera, la situación sería aún peor.

En unos pocos años no habrá agricultores y las tierras pasarán a manos de los grandes fondos de inversión, como por desgracia ya está ocurriendo. Donde no se puedan instalar placas fotovoltaicas porque la normativa municipal lo prohíbe, habrá abandono de cultivos. En diez años, España ha perdido más de medio millón de hectáreas de cultivo, siendo la Comunidad Valenciana, junto a Castilla La Mancha quienes lideran este ranking.

Campo abandonado en la Comunidad Valenciana

Frente a esta penosa realidad sobre la que no se ha actuado desde las administraciones, agricultores y ganaderos reclaman soluciones urgentes para que la viabilidad de las explotaciones agrícolas permita que los trabajadores del campo puedan vivir honradamente de su trabajo y eso pasa fundamentalmente porque Europa se tome muy en serio al sector primario, cosa que hasta el momento no ha hecho, utilizando la agricultura como moneda de cambio.