Europa debe tomar buena nota de lo ocurrido hace unos días en el Despacho Oval de la Casa Blanca donde el presidente de EEUU Donald Trump humilló a Zelensky. La humillación al presidente ucraniano es una humillación a toda Europa.

Hoy más que nunca Europa debe estar del lado de Ucrania.

La UE debe entender que las relaciones bilaterales tanto diplomáticas, comerciales como en materia de seguridad y defensa con EEUU bajo la presidencia de Donald Trump suponen una ruptura respecto a la colaboración y relaciones de amistad que ambos países han mantenido durante mucho tiempo con Gobiernos demócratas y republicanos. El trumpismo es otra cosa.

No lleva ni dos meses desde que llegó a la Casa Blanca y ya ha puesto en marcha las deportaciones masivas de inmigrantes y la política arancelaria, primero contra México y Canadá y ahora contra la UE. En este sentido, no ha supuesto ninguna sorpresa porque han sido los ejes de su campaña electoral. Lo llamativo ha sido su rapidez.

Es curioso como en España, partidos como Vox que dicen defender al campo y a los agricultores y ganaderos se alineen con las tesis del presidente Trump que ha aplicado aranceles a los productos europeos del 25%, entre ellos, la leche, el vino, el queso y el aceite.  El líder de Vox Santiago Abascal tendrá que explicar a sus votantes, como se puede defender a un presidente que legisla contra los intereses de agricultores y ganaderos que ahora van a tener mucho más difícil exportar sus productos a EEUU y que les va a empobrecer aún más de lo que ya lo están.

Europa debe reaccionar de forma unánime, conjunta y decidida ante las políticas trumpistas porque nos va en ello nuestro futuro. En materia Económica, imponiendo aranceles a las importaciones de EEUU. En materia de Defensa y Seguridad, creando un Ejército común europeo  que no tenga que depender de EEUU ni de su industria armamentística, aumentando los gastos en Defensa, creando una industria de defensa europea, invirtiendo de manera conjunta que garanticen nuestra propia seguridad. Ahora mismo no se dan las condiciones para un Ejército común europeo por nuestra dependencia de la industria armamentística de EEUU. Europa, pese a contar con armamento nuclear, no tiene capacidad de producir armamento militar, como sí tienen EEUU o China.

Que Donald Trump se haya puesto del lado de un dictador como Putin, que invadió un país soberano como es Ucrania y que se atreve a llamar dictador a Zelensky es dejar a la UE en una posición de debilidad  y riesgo respecto a futuras ansias imperialistas de Vladimir Putin o de otros autócratas. Que la invasión de Ucrania termine con la anexión de los territorios ocupados por parte de Rusia, aproximadamente un 18% del territorio ucranio, y sin ningún tipo de acuerdo de seguridad para Ucrania  es legitimar una invasión ilegal y dejar a su máximo responsable, sin que tenga que comparecer ante un Tribunal Penal Internacional para ser juzgado por crímenes de lesa humanidad, pese a que existe una orden de arresto en este sentido.

Los aliados que Trump tiene en Europa; Meloni en Italia, Weildel en Alemania, Marine Le Pen en Francia, Erdogan en Turquía o Abascal en España, suponen un peligro para la construcción europea en un momento donde el nuevo orden mundial está cambiando y se imponen las tesis imperialistas.