Soy de la generación de los dos rombos. Mis padres me mandaban enseguida a la cama cuando aparecían sobreimpresionados en la pantalla los dos rombos. Era la manera que tenía la televisión de la época, solo había una, de advertir al espectador del contenido de escenas de sexo o violentas en la película.
Gracita Morales y José Luis López Vázquez fueron pareja en el cine en muchas películas (Foto: Archivo)
Cuando algunos que ya pintamos canas, creíamos superada aquella mojigatería, la RTVE de ahora, la del gobierno progresista y todas esas milongas, amenaza a los espectadores de “Cine de Barrio” que suele emitir películas españolas de la década de los cincuenta, sesenta y setenta, con un mensaje o aviso antes de la emisión de la película para advertir a los espectadores que lo que van a ver, no responde a los códigos actuales.
La advertencia que quieren meter antes de la emisión de cada película es para contextualizar el momento y el tiempo en el que fueron rodadas, a nadie se le escapa que fue en pleno franquismo, es tratar a los espectadores como retrasados. Todo el mundo conoce el contexto social en el que fueron rodadas. Nadie puede escandalizarse del papel de la mujer en aquella época.
Cuando uno va a ver una película de Esteso y Pajares ya sabe con lo que se va a encontrar.
Sugiero a quien se le ha ocurrido semejante idea, que ni el franquismo ha superado, que cuando suene una palabra o frase machista/sexista a continuación vaya acompañado de un pitido, como el que sonaba cuando se decía un taco o alguna palabra malsonante en horario infantil, de esta forma evitaremos que los progres de ahora se escandalicen con lo que era la realidad del momento. Un retrato sociológico de la época que directores como: Mariano Ozores. Pedro Lazaga o Ignacio F. Inquino plasmaron de forma magistral y con un elenco de actores de la talla de: Alfredo Landa, José Sacristán, Paco Martínez Soria o Gracita Morales.
Un cine que batía records en taquilla. El gran Gila o cómicos como: Tip y Coll estarían hoy censurados y vetados en la tele pública por sus chistes.
No se puede ver el cine de entonces ni la literatura, ni el arte en general, con los ojos de hoy. Lo siguiente es la censura. Se cambian títulos originales de novelas históricas por otros porque atentan contra las normas convencionales. El espectador/lector tiene sentido crítico, criterio propio y no necesita que le vayan aleccionando.
Escandaloso es el cine que se hace hoy en día, subvencionado, que no va a ver ni dios. Berlanga, Bardem, Fernán Gómez, supieron con inteligencia, ingenio, talento y humor vencer a la censura del momento. Películas como: El Verdugo o El Mundo sigue forman parte del mejor cine español de todos los tiempos.
Es bastante desternillante, por decirlo en términos suaves, que esas películas que hace sesenta o setenta años superaron la censura franquista con todo lo que ello significaba, cárcel incluida y penas de multa, se encuentren en pleno siglo XXI con las rigideces del Instituto de las Mujeres.