El Gobierno ha cancelado de manera unilateral el contrato de armas que tenía firmado con Israel para la compra de munición balística. La rescisión de este contrato tendrá un coste económico porque habrá que indemnizar a la empresa proveedora y España tendrá que comprarlas, si no es a esta empresa a otra para suministrarlas a las FFAA.
Sánchez ha puesto a los pies de los caballos al ministro del Interior Fernando Grande- Marlaska, cuya situación en el Gobierno queda más que tocada y cuestionada después de que el presidente del Gobierno haya rescindido el contrato de armas con Israel. Marlaska no dimitirá, como tampoco lo hizo cuando fueron asesinados dos guardias civiles en Barbate cuando fueron arrollados por una narcolancha.
La posición propalestina de los socios del Gobierno que acusan a Israel de haber cometido un genocidio en Gaza, no dicen nada del ataque terrorista que sufrió Israel por parte de Hamás, coloca al Gobierno en una situación muy delicada desde el punto de vista de las relaciones internacionales, donde Israel juega un papel muy importante en temas de seguridad.
La presión de IU, socio de Sumar y de la coalición del Gobierno que amenazó con abandonar el Gobierno de coalición, ha hecho a Sánchez romper unilateralmente el contrato para evitar una nueva crisis institucional.
Siempre me ha parecido delirante la posición antimilitarista de los comunistas con millones de muertos a sus espadas.
La debilidad del Gobierno cada día que pasa es más evidente. Los acuerdos son cada vez más endebles. Sánchez continuará gobernando sin PGE porque no tiene capacidad para sacar adelante iniciativas legislativas, pese a que cuando estaba en la oposición le exigía a Mariano Rajoy que convocara elecciones anticipadas si no tenía PGE. Hoy no son ningún impedimento que no los haya para seguir gobernando.
Es evidente que estamos ante un Gobierno muy fracturado que se sostiene sobre unas bases muy poco sólidas. Los apoyos externos que tenía con Junts y el PNV, que cada vez votan más con el PP dejan a un Gobierno débil que cuenta con menos apoyos parlamentarios. Ante esta situación, lo lógico sería someterse a una cuestión de confianza o convocar elecciones anticipadas. Ni una cosa ni otra van a ocurrir.
En el Gobierno de coalición existen diferentes puntos de vista en una cuestión de Estado sobre la que no debería existir ninguna fisura ni confrontación, como es la política de Defensa. Mientras Sánchez está decidido a llegar al 2% del PIB en gasto en Defensa durante esta legislatura para cumplir con los objetivos de la OTAN y sus socios, Sumar se opone a cualquier incremento en el gasto militar y lo mismo ocurre con el resto de socios como: EH Bildu, ERC, Compromís o BNG.
Va a resultar muy difícil a Pedro Sánchez aguantar hasta el 2027 con los apoyos actuales. Las balas que silban en el Congreso de los Diputados no son precisamente israelí