Es una auténtica vergüenza que varios días después del apagón eléctrico que sufrió España, todavía no sepamos las causas que lo provocaron. Seguimos sin explicaciones por parte del Gobierno. Mientras tanto, los sindicatos han celebrado el 1 de mayo, Día del Trabajo, arengando sobre los peligros de la ultraderecha. Ninguna referencia a los malos datos de empleo del pasado mes de abril que creció el desempleo en cerca de 200.000 personas, lo que eleva la cifra de parados a 2,7 millones, el 11,36% de la población activa.
Es inexplicable que a día de hoy el presidente del Gobierno no haya comparecido ante los ciudadanos para dar explicaciones sobre lo sucedido. Lo único que se ha escuchado por parte de los socios del Gobierno es la idea de nacionalizar Red Eléctrica, donde el Estado posee un 20% junto a accionistas privados como Amancio Ortega.
Sánchez elude cualquier responsabilidad en el apagón, donde se han producido varios muertos debido al fallo en los respiradores por el corte de suministro eléctrico. No veremos movilizaciones de la izquierda, pidiendo la dimisión de Pedro Sánchez, como sí la hemos visto con Carlos Mazón.
Personajes de la política como Gabriel Rufián veían imposible la posibilidad de un apagón y lo calificaban de bulos de la extrema derecha. También la presidenta de REE, cargo político puesto a dedo por el PSOE que se embolsa 546.000 euros anuales, negaba esta posibilidad.
Me pregunto, si con un Gobierno de derechas, la situación sería la misma. Evidentemente es una pregunta retórica porque estaría toda la izquierda en la calle, pidiendo la dimisión del presidente del Gobierno.
Ahora da igual tener a un presidente cuya mujer está imputada, un hermano a punto de ser condenado por tráfico de influencias, a un ministro y secretario general del PSOE, acusado de varios delitos y a un fiscal general del Estado imputado por un presunto delito de revelación de secretos. No pasa nada. Lo importante es que no gobierne la extrema derecha.