Pedro Sánchez ha repetido el mismo argumentario exculpatorio que Mariano Rajoy  para no asumir responsabilidades políticas. Ha pedido perdón a los ciudadanos, ha prometido una auditoría externa de las cuentas del partido y ha admitido haberse equivocado por el nombramiento de cargos de su máxima confianza como Ábalos o Santos Cerdán. El mismo discurso que repitió Rajoy cuando se conoció la sentencia de la Gúrtel que condenó al PP por financiación irregular y que llevó a Pedro Sánchez a ganar la moción de censura. Quien subió a la tribuna de oradores para defender aquella moción de censura fue José Luis Ábalos, hoy imputado por un presunto delito de corrupción, la misma corrupción que los socialistas venían a combatir.

 Ahora no existe una sentencia condenatoria contra los dirigentes socialistas: José Luis Ábalos y Santos Cerdán, pero los audios que hemos conocido, tras el informe de la UCO no dejan lugar a dudas de cómo actuaba la banda del Peugeot, donde su conductor parece que no se enteraba de nada. Tampoco Mariano Rajoy sabía lo que hacía su tesorero, Luis Bárcenas con varios millones de euros en Suiza ni supimos nunca quién era M.Rajoy (leáse Eme Punto Rajoy).

El problema es que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo no cuenta ahora mismo con una mayoría parlamentaria suficiente para sacar adelante la moción de censura, como sí tuvo Pedro Sánchez, pactando con toda la izquierda a la izquierda del PSOE, incluso con quien dijo que no pactaría nunca. A Feijóo le faltan cuatro votos para conseguir esa mayoría para desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa. Los votos de Vox no son suficientes. Ni el PNV ni Junts están por la labor de apoyar la moción de censura, con Vox de aliado.

Isabel Díaz- Ayuso no se lo ha puesto nada fácil a Feijóo después del enfrentamiento en torno a las lenguas cooficiales en la Conferencia de Presidentes, donde la presidenta de la Comunidad de Madrid abandonó la reunión cuando el lehendakari  vasco comenzó su discurso en euskera.

Sánchez sabe perfectamente que sin una moción de censura que prospere y con el apoyo de los socios de Gobierno, el más díscolo es Podemos, Junts tratará de sacar provecho, una vez más, de la debilidad del Gobierno con el cupo catalán, tiene asegurado el cargo como presidente del Gobierno hasta final de la legislatura.

La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz parece que ya ha “reseteado”, le han bastado solo unas horas, y el acuerdo de coalición progresista no se va a ver afectado, pese a los casos de corrupción que todos hemos conocido con el cobro de comisiones ilegales por parte de dirigentes socialistas. Lo que hasta ahora para el Gobierno eran bulos, mentiras e informaciones falsas de “pseudomedios” y una campaña orquestada por la extrema derecha para derribar al Gobierno se ha confirmado finalmente como una información veraz.

Las trágalas de Yolanda Díaz y del resto de socios para evitar un adelanto electoral, bajo el mantra de un hipotético gobierno de ultraderecha del PP con Vox, impiden lo que en otras circunstancias y bajo un gobierno de derechas pediría la oposición: Dimisión del presidente del Gobierno y convocatoria de elecciones anticipadas.

El diario conservador británico The Times se ha hecho eco de la situación del Gobierno español y anima a Pedro Sánchez a que se vaya. “La fiesta del líder de los socialistas ha terminado”.

La imagen internacional de Sánchez se tambalea, bajo un Gobierno asolado por la corrupción que al igual que Rajoy no ha sabido combatir con la determinación necesaria.