La encuesta que ha hecho pública el periódico Levante EMV revela que el 82% de los valencianos no quiere que Carlos Mazón continúe al frente de la Generalitat. Entre ellos, muchos votantes del PP, no solo de izquierda, consideran que Mazón debería dar un paso atrás y convocar elecciones anticipadas. Ocho de cada diez valencianos no están de acuerdo con su gestión durante la dana.

A medida que se van conociendo nuevos detalles sobre lo ocurrido el 29-O, más incomprensible se hace la continuidad de Mazón al frente del Gobierno valenciano.

Once meses después de aquella catástrofe, que se cobró la vida de 229 personas, seguimos sin saber dónde estuvo Carlos Mazón la tarde del 29-O. Es una cuestión  relevante saber, ¿por qué hasta las 8 de la noche el presidente de la Generalitat no acudió al Cecopi? y ¿por qué, si desde el mediodía ya se conocía la emergencia en el barranco del Poyo (no Pollo, como escribió entonces la responsable de Emergencias, Salomé Pradas), no se envió antes la alerta a la población?

Esta demora en el aviso provocó que muchos valencianos se vieran acorralados por el agua y murieran ahogados.

La falta de coordinación y la ausencia de liderazgo en las horas críticas agravaron las consecuencias de la tragedia: 229 fallecidos y daños materiales incalculables en viviendas, comercios e infraestructuras. Muchos negocios siguen cerrados y las ayudas, cuando llegan, lo hacen tarde y con cuentagotas.

Hoy, casi un año después,  todavía hay  ascensores sin reparar, lo que obliga a personas con movilidad reducida a no poder salir de sus casas.

Y lo más preocupante es que  no se ha hecho nada en materia de infraestructuras para evitar que una tragedia similar vuelva a repetirse. El barranco del Poyo sigue exactamente igual que antes de la catástrofe del 29-O, de modo que, si volviera a acumular la misma cantidad de agua, podríamos revivir una catástrofe como la de entonces.

El teniente general Gan Pampols, que ya ha dejado el Consell  tras concluir su trabajo y que fue el fichaje estrella de Carlos Mazón, ha trabajado estos meses sobre un plan de Reconstrucción que, si no se dota de asignación económica, no servirá absolutamente de nada.

Mazón no puede salir a la calle sin ser increpado, igual que le ocurre al presidente del Gobierno Pedro Sánchez. El presidente de la Generalitat se ha visto obligado a ausentarse de numerosos actos institucionales para evitar los abucheados. Mañana, 9 de octubre, día de la Comunidad Valenciana, ha confirmado su asistencia a la procesión cívica, aunque desde la oposición califican su presencia de provocación.

Los ánimos siguen encendidos, ni siquiera en un día que debería ser de celebración de todos los valencianos; la tensión política sigue protagonizando los actos oficiales.