Las duras imágenes en las que puede verse a un orangután caminando por encima del tronco de un árbol, enfrentándose a una máquina escavadora , que estaba destruyendo su hábitat natural en un instinto de supervivencia sobrehumano, son desgarradoras y demuestran hasta donde es capaz de llegar el ser humano en su ambición puramente mercantilista. Las imágenes fueron grabadas en Indonesia por la organización International Animal Rescue en 2013, pero no han salido a la luz hasta el pasado martes, coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente.

En ellas se puede ver cómo el orangután cae al suelo tras forcejear con la máquina, que sigue talando árboles de forma indiscriminada, sin que la presencia del animal le detenga lo más mínimo de sus aviesas intenciones.

Las poblaciones de orangutanes en la isla de Borneo, la tercera mayor isla del mundo, situada en el sudeste de Asia, han disminuido un 50% en los últimos 60 años y su hábitat se ha reducido en al menos un 55% en los últimos 20 años, según denuncia la organización ecologista con sede en Reino Unido, dedicada a salvar animales salvajes y a devolverlos a su medio natural.

Los orangutanes que no mueren de hambre son capturados para venderlos en el mercado negro como mascotas.

La explotación forestal de Borneo en la década de los 80 y 90 fue una de las más intensas del mundo. Durante este periodo de tiempo se exportó más madera de Borneo que de Sudamérica y África juntas. El 80% de las tierras terminó en manos de concesiones madereras, incluyendo todos los bosques de el manglar, de gran diversidad biológica que sirven de hábitat para numerosas especies, además de protección contra catástrofes naturales.

La deforestación de la selva como consecuencia de la tala incontrolada de árboles para la producción de aceite de palma está acabando con estos primates en Indonesia y con uno de los mayores pulmones del mundo.