Se ha evitado una auténtica catástrofe . El viento ha sido esta vez el mejor aliado para que las llamas no se propagaran al monte de la Umbría. El fuego que ha arrasado cerca de 900 hectáreas en la sierra de la Solana en el término de Beneixama se inició sobre las dos del mediodía. Yo mismo di alerta al 112. Emergencias ya había sido avisado y los trabajos de extinción ya habían comenzado.

Digo que se ha evitado una catástrofe mayor porque si hubiera soplado viento de llebeig o el fuego se hubiera iniciado de noche, las consecuencias hubieras sido terroríficas. La rápida actuación de medios terrestres y aéreos ha sido fundamental para que el fuego no se expandiera y finalmente pudiera ser controlado, tras horas de angustia contenida.

La última vez que se prendió fuego el monte de la Umbría fue durante la posguerra.

El grave problema de los incendios forestales es que no hay una política de prevención. No se invierte un euro en prevención. Los recortes pasan siempre factura y con el fuego no se juega.

Aquí en Fontanars dels Alforins existe un parque de emergencias que hace lo que puede con los exiguos medios de que dispone, que son más bien escasos, tanto materiales como de personal.

Y lo mismo cabe decir de las brigadas antiincendios que recorren con sus todoterrenos caminos y veredas, pero que ante un incendio de esta magnitud poco o nada pueden hacer.

El monte es un auténtico polvorín. Las elevadas temperaturas son un elemento añadido al peligro existente. No se deja pasturar al ganado que actuaban como auténticos cortafuegos.

Los incendios se apagan durante el invierno. En verano es demasiado tarde y las consecuencias son irreversibles. No solo en fauna y flora, a veces también se cobra vidas humanas.

Preferimos dilapidar el dinero en arreglar caminos rurales antes que en prevención. El Consell solo ha gastado el 25% de lo presupuestado en prevención de incendios. Hasta mayo solo se habían gastado 23,5 millones de euros frente a los 93 millones previstos para todo el año. Más de 400 municipios valencianos carecen todavía de un plan local de prevención de incendios. Estos datos dejan a las claras la pasividad del gobierno de la Generalitat en política de prevención. Luego vienen las lamentaciones.