La producción de chufa ecológica sigue creciendo y gana cada vez más terreno en la huerta valenciana. Este hecho viene dado por el incremento de la demanda del producto en los mercados europeos y la consecuente mejora en la rendibilidad para el productor, según informa la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA).

Además, el precio que reciben los productores de chufa ecológica compensa el esfuerzo realizado y está animando a otros agricultores a dar el salto. Todo ello conlleva que se haya producido, definitivamente, una gran apuesta en la huerta valenciana por este tipo de cultivo, que ya representa una superfície superior a las cien hanegadas, después de una década de tendencia positiva.

«En el centro y norte de Europa, casi toda la producción que demandan los consumidores es ecológica, por lo que tiene muchas facilidades para entrar en los mercados, tener garantizado un suministro estable y favorecer una rentabilidad digna al agricultor», asegura el responsable de la sectorial de chufa de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), Antonio José Gimeno.

La demanda tan elevada de chufa ecológica ha provocado que se absorba la totalidad de la oferta autóctona, por lo que se debe importar materia prima desde África Occidental para hacer frente al resto de la demanda.

Esta es de menor calidad que la valenciana, por lo que AVA-ASAJA reclama que se indique el país de orgien en el etiquetado del producto, para que los ciudadanos sean plenamente conscientes del producto que consumen.

El tirón de la chufa ecológica no sólo se reduce al ámbito de la alimentación, donde es uno de los productos estrella durante el verano.

En los últimos años han aparecido nuevos productos derivados de la chufa, como aceites, cervezas, harinas o turrón. En el sector cosmético, las cremas faciales y corporales, así como aceites para el cuerpo y los masajes elaborados a partir de chufa ecológica son cada vez más comunes.