La expansión del virus SARS-CoV-2, comúnmente conocido como coronavirus, obligó al Gobierno a decretar un estado de alarma ante la crisis sanitaria que supuso la inactividad total o parcial de numerosos sectores de producción, así como educativos. De este modo, el 14 de marzo forzó un cambio de paradigma en la metodología de enseñanza, ya que miles de alumnos y alumnas, con indiferencia de su etapa o modalidad formativa, tuvieron que dejar atrás sus centros educativos y proseguir con su enseñanza o investigación de forma telemática.

Una digitalización apresurada que ha servido para evidenciar las proezas y flaquezas del sistema educativo español, reflejo de realidades contrapuestas. Por un lado, la obligada cuarentena ha puesto de manifiesto la fortaleza de la red educativa nacional, no solo a nivel teórico o logístico, sino también profesional, pues se ha reconocido de forma generalizada la labor del profesorado como un valor estratégico ya no solo educativo, sino también social.

Por otro lado, los contextos subyacentes a esta crisis sanitaria han situado en el epicentro del debate las desigualdades sociales, que inciden especialmente en aquellas familias en situación de vulnerabilidad. Y es que, tras el cierre físico de los centros educativos, un porcentaje del alumnado se ha visto obligado a continuar con una enseñanza online en sus domicilios o conexión a Internet.

Por ello, como centro de referencia a nivel mundial, la Universitat Jaume I (UJI) ha emprendido numerosas iniciativas para contribuir al desarrollo de soluciones que alivien el impacto negativo de esta crisis, demostrando su compromiso con las personas y procurando su bienestar físico y mental.

UJI, recursos y solidaridad contra la crisis

La Universitat Jaume I, el centro de enseñanza superior público de Castelló, se ha consolidado en su corta trayectoria como una de las entidades educativas de referencia a nivel mundial. De hecho, el prestigioso ranking de Shanghai la sitúa como una de las 600 mejores universidades del globo, reconociendo su liderazgo y apuesta por la calidad.

En este sentido, ha sabido adaptarse a la situación excepcional generada por las medidas de contención de la expansión del coronavirus manteniendo la docencia de forma telemática y realizando la gestión universitaria e investigación sin actividad presencial para preparar la oferta formativa del próximo curso. Además, la UJI ha emprendido numerosas iniciativas con un marcado carácter solidario para contribuir a una desescalada con el menor impacto posible en la sociedad.

Desde donar dispositivos tecnológicos para garantizar el éxito académico del alumnado que lo precise hasta desarrollar nuevas líneas de investigación o facilitar herramientas para la fabricación de material sanitario, la UJI ha ofrecido sus recursos en múltiples áreas especializadas:

  • Respiradores y tests diagnósticos. La Universitat Jaume I, a través de su Instituto Tecnológico (ITC), ha puesto a disposición del Sistema Sanitario sus instalaciones, equipamientos y grupos de investigación, así como su material sanitario en stock, entre el que destacan diversos equipos para la realización de tests RT-PCR y de impresión 3D para la fabricación de respiradores valorados clínicamente.
  • Apoyo psicológico. El programa de apoyo psicológico de la UJI, bajo la coordinación del Deganado de la Facultad de Ciencias de la Salud, se ha creado con la finalidad de atender a las personas de la comunidad universitaria que lo puedan requerir, así como al personal sanitario de los departamentos de salud de la provincia, contando, para ello, con la colaboración de hasta 35 docentes e investigadores especializados.
  • Investigación como respuesta. Los grupos de investigación GEOTEC de la Universitat Jaume I participan en un estudio de investigación reconocido por la Generalitat Valenciana que pretende discernir la relevancia de la movilidad en el contagio, a través de Inteligencia Artificial (IA), para adoptar nuevas medidas eficaces de prevención. Además, desde la Cátedra Industria 4.0 también se realizan investigaciones que permitan la realización de diagnósticos inmediatos de la covid-19 a través de radiografías.

Oferta formativa con sello de excelencia

Las medidas restrictivas aplicadas con el objetivo de mitigar la crisis sanitaria provocada por la expansión del coronavirus no han supuesto, ni mucho menos, el fin de la actividad docente, gestora e investigadora de la universidad castellonense. De hecho, el equipo de gestión universitaria trabaja de manera no presencial para garantizar una oferta formativa de éxito durante el próximo curso.

Una concebida para “satisfacer las necesidades de especialización que demanda el estudiantado y sector profesional”, como aseguran desde la Universitat Jaume I. Así, la entidad educativa ofertará hasta 42 másteres durante el curso 2020/2021, que también incluyen másteres interuniversitarios y Erasmus Mundus. A los 23 másteres propios también se unen 21 programas de doctorado, entre los que destaca el doctorado europeo Marie Sklodowska-Curie, 11 cursos de especialización y 22 cursos de experto.