Si nuestros tatarabuelos entraran hoy en un supermercado no reconocerían ni la mitad de los productos que están a la venta como alimentos comestibles. Volver a la alimentación basada en productos naturales e ir alejándose de los ultraprocesados que nos restan vitalidad es la propuesta que hace el dietista Vicent García Vidal en su obra La Dieta Antiinflamatoria: Una dieta para la que la evolución te ha preparado, recién publicada en Amazon, tras reflexionar sobre las consecuencias en la salud de nuestra alimentación actual.

Según la OMS, las enfermedades no transmisibles (ENT) matan a más de 41 millones de personas cada año, lo que equivale al 71 % de las muertes que se producen en el planeta y la dieta antiinflamatoria, así como otros hábitos saludables, juega un rol fundamental en la prevención o el desarrollo de estas alteraciones.

Las enfermedades cardiovasculares constituyen la mayoría de las muertes por ENT en el mundo, seguidas del cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes. El hábito de fumar, la falta de actividad física, el abuso del alcohol y las dietas poco saludables, aumentan el riesgo de muerte a causa de una de las ENT.

Respecto de la inflamación, objetivo de la obra, todos conocemos la aguda, que se manifiesta con hinchazón, enrojecimiento, dolor y forma parte de una barrera de defensa normal cuyo objetivo no es otro que el de reparar, aislando y destruyendo al agente dañino que la provoca.

Pero en su obra, Vicent García se referirá a un tipo de inflamación que pasa desapercibida, de bajo grado, sostenida en el tiempo, que está por debajo del umbral del dolor, potenciada por agentes ambientales para los que la evolución no nos ha preparado y que es la base de todas las enfermedades y hablará, también, de cómo una dieta antiinflamatoria puede, como aseguran muchos autores, prevenir, mejorar e incluso revertir alguna de las enfermedades que tienen su origen es esta alteración patológica.

Consecuencias de la inflamación sistémica

Descanso, actividad física, control del estrés, así como un dieta antiinflamatoria son los cuatro pilares que la evidencia científica propone para el manejo de la inflamación sistémica, una patología que está en la base de enfermedades crónicas tan conocidas como las cardiovasculares; el cáncer; la diabetes; la artritis reumatoide; la enfermedad celíaca; la hepatitis autoinmune; la tiroiditis de Hashimoto; el lupus eritematoso sistémico y discoide; la psoriasis; y el síndrome de Guillain-Barré o, por contra, algunas menos conocidas como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.

Son solo ejemplos de un largo etcétera de patologías que se expresan al abrigo de una inflamación que se ha sostenido en el tiempo, promovida por un estilo de vida actual estresante, que no promociona ni el correcto descanso ni la actividad física y mucho menos una alimentación saludable alejada de procesados, azúcares y todo tipo de aditivos para los que la evolución no ha preparado nuestros organismos.

Del estudio de la alimentación de las antiguas y actuales poblaciones cazadoras recolectoras aún existentes, observamos la escasa o nula incidencia de las enfermedades del mundo moderno a las que nos hemos referido y todo ello lleva a plantear, desde una base científica, que una vuelta a formas de alimentación más cercanas a las de nuestros ancestros puede ayudar, como afirman muchos estudios, a mejorar e incluso revertir estados patológicos estimulados por nuestro estilo de vida moderno.

Beneficios de la dieta antiinflamatoria

Con una nutrición evolutiva podemos alcanzar seis objetivos básicos como son:

  • Acelerar la pérdida de peso sin pasar hambre
  • Alivio sintomático de las enfermedades inflamatorias
  • Reducir el riesgo cardiovascular
  • Aumentar el colesterol "bueno"
  • Reducir los niveles de glucosa e insulina
  • Disminuir el estrés y la ansiedad

La dieta antiinflamatoria nos ofrece, desde la evidencia científica, una vuelta a la alimentación más ancestral, a esos alimentos para los que nuestros genes están preparados, proponiendo a su vez que nos alejemos de productos procesados pero también, y esto será lo que más sorprenderá al lector, eliminar o reducir a un consumo ocasional otros que hasta la fecha hemos considerado tan saludables que representan, para nuestra sociedad actual, la base de la alimentación, pero también el origen de patologías que fueron anecdóticas antes de que estos se introdujeran en las cocinas de la humanidad.

La obra cuestionará, respaldada por los últimos estudios científicos, muchos de los dogmas más sagrados de la alimentación actual hasta adentrarnos en lo que el autor denomina una nutrición evolutiva donde disfrutar de sus innumerables beneficios desde el primer día.

Y es que, esta guía incorpora, además, una plan dietético de ejemplo con un menú semanal que incluye la receta de los platos que se detallan, así como la lista de la compra de todos sus ingredientes con los que cocinarlos. Platos sencillos y rápidos, pero muy nutritivos, para acercarnos a esa forma de alimentación de la que nunca nos debimos alejar.

El lector encontrará una guía esencial para perder peso, pero también para mejorar la salud ayudando en la prevención y mejora sintomática de enfermedades autoinmunes y crónicas con base inflamatoria ya mencionadas. Hacer de la alimentación saludable un hábito resultará sencillo al lector sólo seguir una dieta saciante, a la par que sana y fácil de implementar como la que se propone con La dieta antiinflamatoria.