El próximo mes de junio, la Cova de la Petxina cumplirá el primer aniversario de su conversión en espacio museístico. Una conmemoración que el Ayuntamiento de Bellús quiere celebrar en condiciones siempre que, las diferente fases de desescaladas declaradas por el Gobierno por la pandemia del coronavirus, lo permita.

Esta cavidad prehistórica perteneciente al Paleolítico medio está enclavada en el paraje de l'Estret de les Aigües, un espacio único de la Vall d'Albaida con alto valor ambiental y patrimonial.

Los trabajos de restauración en la Cova de la Petxina, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco dentro del conjunto el arte rupestre mediterráneo, comenzaron en 2014 con la limpieza y eliminación de seis pintadas y grafitis con pintura de spray verde perpetradas en una acción vandálica; una «agresión física al conjunto de murales rupestres que se ubican en el abrigo de la Cova Gran», tal como recuerda la alcaldesa de Bellús, Susana Navarro.

Navarro muy comprometida con este enclave como punto de mira turístico de Bellús, recuerda que las acciones se llevaron a cabo con las ayudas para la conservación y protección de los bienes inmuebles del Patrimonio Cultural de la Comunitat Valenciana comandadas por Tirso Ávila, arquitecto director de los trabajos; Rafael Martínez Valle, jefe de la sección de Arqueologia i Art Rupestre del IVCR+I; y Rafa Jordà, museólogo de Terra de Patrimoni.

La Cova de la Petxina finalizó en junio del año pasado un proceso de restauración, adecuación y museización que ha permitido proteger la cueva con un vallado metálico instalado en la vertical de la visera y convertir este elemento patrimonial en un museo de arte neolítico al aire libre. La cueva conserva representaciones de dos estilos de arte rupestre prehistórico: arte esquemático y arte levantino.