Durante los meses estivales aumenta nuestra exposición al sol de manera considerable. La llegada del buen tiempo y de actividades de ocio, como ir a la piscina o la playa, hacen que nuestra piel esté más expuesta a la radiación solar en una época en la que, además, los rayos ultravioletas alcanzan sus índices más altos del año.

En los últimos años, el número de casos de cáncer cutáneo o melanoma ha aumentado de manera considerable, debido a esta exposición creciente a la radiación solar y la falta de conocimiento y concienciación de su gravedad por parte de la población.

El cáncer cutáneo

Los doctores Onofre Sanmartín Jímenez y Eduardo Nagore Enguídanos, jefes clínicos del servicio de dermatología del IVO, nos dan algunas claves sobre este tipo de cáncer, los tratamientos que se están aplicando y la importancia del diagnóstico precoz para hacer frente a esta patología.

Según señala el Dr. Sanmartín, “existen numerosas formas de cáncer de piel, que podemos dividir en dos tipos: el cáncer cutáneo no melanoma (carcicoma) y el melanoma. El cáncer cutáneo no melanoma es el tumor más frecuente entre la población e incluye dos tipos de carcinoma, el basocelular y el epidermoide. Estos tumores son menos agresivos que el melanoma y los tratamos principalmente con la cirugía de Mohs, pero dada su alta frecuencia, suponen un problema sanitario de primer orden”.

El Dr. Sanmartín, por su parte, recalca la importancia de lograr diagnósticos avanzados para atajar a tiempo la enfermedad: “El principal tratamiento del cáncer cutáneo es la extirpación quirúrgica. Por lo tanto, y al igual que en el resto de los tumores malignos, es muy importante el diagnóstico precoz para evitar las cirugías complejas”, señala. En los últimos años se han desarrollado otro tipo de tratamientos dirigidos frente a las llamadas dianas moleculares, alteraciones genéticas que presentan algunas células tumorales y que les permiten crecer sin control. Estos tratamientos, indica el doctor, “están diseñados para tumores en fases avanzadas y de momento estamos logrando resultados muy favorables. También hemos incorporado los fármacos como parte del tratamiento terapéutico, de esta manera activamos la inmunidad del paciente frente a las células tumorales del cáncer de piel”.

Las personas con piel clara, con tendencia a quemarse con la exposición al sol, y las personas que presentan más de 50 lunares son las que componen principalmente la población de riesgo. Dos medidas importantes, como nos señalan ambos expertos, son: evitar las quemaduras producidas por el sol, con cremas protectoras o evitando directamente su exposición; y la autoexploración, con el fin de detectar nuevas lesiones o cambios en la ya existentes.

Consecuencias de retrasar diagnósticos en los casos de cáncer de piel

En los últimos meses, y a raíz de la llegada de la COVID-19, se han publicado dos nuevos estudios sobre melanoma en los que se analiza las consecuencias de retrasar diagnósticos o tratamientos de cáncer de piel. En ambos trabajos se concluye que una demora de varios meses pueden ser fatales para los pacientes, porque algunos tumores crecen a un ritmo rápido y, al aumentar el tamaño, el riesgo de dar metástasis aumenta.

En este sentido, el doctor Eduardo Nagore muestra su preocupación por la disminución de la atención sanitaria presencial que ha traído la pandemia: “La exploración de la piel requiere su valoración en persona o, como alternativa, mediante fotos de calidad. Desgraciadamente, no existe una conciencia social de lo importante que es el diagnóstico precoz del cáncer de piel, en particular del melanoma, y ya se ha podido constatar que ha habido retrasos diagnósticos y, consecuentemente, tumores de mayor riesgo. Los retrasos en la asistencia por la COVID afectarán directamente a la oncología dermatológica. Se estima que un retraso en el diagnóstico podría llegar disminuir hasta un 15% la supervivencia de los pacientes. En la consulta ya hemos podido observar pacientes que han consultado más tarde por miedo a salir pese a percibir que tenían un tumor que les crecía rápidamente”, concluye el experto.

Últimos avances frente a los tumores

Por último, en los últimos años se ha adelantado mucho en el estudio de los factores de riesgo asociados a los tumores más agresivos. Así pues, se ha experimentado un gran avance en el conocimiento de los mecanismos biológicos que identifican a los tumores con mayor gravedad y sobre los que se tienen que realizar tratamientos y seguimientos más exhaustivos. Este conocimiento biológico también ha servido para desarrollar nuevos fármacos para el tratamiento del melanoma avanzado, el tratamiento de pacientes con metástasis o con un riesgo aumentado de padecerla.

También se han logrado grandes avances en la cirugía de Mohs de estos tumores, mediante la introducción de la microscopía confocal ex vivo, que permite un análisis intraoperatorio muy fiable de los márgenes quirúrgicos del tumor.

Además, se han desarrollado tratamientos muy eficaces en el carcinoma basocelular avanzado, que permiten obtener tasas de respuesta muy prometedoras. La irrupción de la inmunoterapia en el tratamiento del carcinoma epidermoide permite tratar a pacientes con estadios avanzados de la enfermedad.

Asimismo, hay muchas esperanzas depositadas en la utilización de sistemas de inteligencia artificial para la identificación de lunares sospechosos.