Si de algo podemos presumir en España es de ser referencia mundial en cuanto a trasplantes de órganos. El sistema de donación de órganos español está tan engrasado que incluso en pleno confinamiento se siguieron realizando trasplantes.

Desde el 13 de marzo, fecha del anuncio del Estado de Alarma, hasta el 3 de septiembre se realizaron en nuestro país 1.649 trasplantes a partir de 760 donantes.

Pero cuando hablamos de trasplantes, aunque muchos no sean conscientes no sólo hablamos de órganos como el corazón, el hígado o los riñones.

Un accidente en el lugar de trabajo, un siniestro en carretera o ser víctima de un delito violento provocan anualmente amputaciones en los miembros superiores o inferiores.

Estos pacientes, unos 250 al año, tienen que recurrir especialistas en cirugía plástica para una intervención de reimplante de miembros o revascularización, una intervención para restablecer el flujo sanguíneo en lesiones con vasos cortados.

También hay amputaciones provocadas por otras causas como quemaduras, otros accidentes (domésticos, de tráfico) o tumores que, en ocasiones excepcionales, son tratados con trasplantes de tejidos compuestos, un campo en el que España tiene una importante experiencia.

La Dra. Elena Ruiz, especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética del Hospital Universitario de Burgos, explica que la mayoría de este tipo de trasplantes «son los de miembro superior, sobre todo los reimplantes digitales y, fundamentalmente, los de pulgar”.

Aunque también se realizan otras intervenciones mucho menos frecuentes “como los de oreja, cuero cabelludo o pene”, explica la Dra. Ruiz. En todos los casos, la cirugía reconstructiva resulta clave, pues “la amputación crea una discapacidad en el paciente, y eso repercute no sólo en su actividad laboral habitual, sino también en su vida cotidiana”.

En general los accidentes laborarles están en el origen de este tipo de intervenciones de cirugía. En concreto, según el Ministerio de Sanidad la prevalencia aproximada de estos accidentes está en torno a cinco casos por millón de población activa, por lo que en España se registrarían alrededor de 115 casos vinculados accidentes de trabajo.

¿Normas para reaccionar rápido?

Es muy probable que en toda nuestra vida no tengamos que enfrentarnos a una situación así. Pero como conocer algunos procedimientos sanitarios básicos puede sacarnos de más de un apuro, la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) ofrece unas pautas para favorecer el reimplante tras un accidente que implique dedos, manos o brazos seccionados.

Desgraciadamente hay algunas ocasiones en que reimplantar el miembro amputado no es viable. En estos casos, los trasplantes de tejidos compuestos, como los de manos o brazos, suelen ser la alternativa usada por los cirujanos plásticos reparadores.

Se trata, no obstante, de intervenciones de extraordinaria complejidad que sólo se contemplan en casos excepcionales, como una gran discapacidad y dependencia provocada, por ejemplo, por dobles amputaciones.

La Dra. Ruiz señala que estas intervenciones “vivieron un boom hace unos 10 años, cuando se realizaron varios en centros españoles, pero en la actualidad estos procedimientos no se realizan con mucha frecuencia”.

El motivo es “la necesidad de asociar un tratamiento inmunosupresor de por vida, con los efectos secundarios que esto conlleva”, explica.

En todos los casos, reimplantes y trasplantes de tejidos, los cirujanos plásticos reparadores deben reconstruir lesiones muy complejas en las que se ven afectados tanto huesos y tendones como piel, nervios y vasos sanguíneos, aplicando diferentes técnicas quirúrgicas y microquirúrgicas, bajo el microscopio, sobre todo para la unión de vasos sanguíneos.