Cuando nuestro corazón late, lleva sangre a todo nuestro organismo a través de vasos y arteria. Pues bien, la presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre en esas arterias, y cuanto más alta es la presión más esfuerzo tiene que hacer el corazón para bombear, lo que puede poner en peligro nuestro sistema cardiovascular.

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Y es que como explican los especialistas de la Fundación Española del Corazón, «cuando la presión arterial es alta las arterias se endurecen para soportarla, lo que provoca ateroesclerosis. A su vez, esta patología puede derivar en complicaciones graves como infarto o trombosis cerebral, entre otros accidentes cardiovasculares».

Según la Organización Mundial de la Salud más de mil millones de personas en el mundo padecen hipertensión. O lo que es lo mismo, una séptima parte de la población mundial puede sufrir algún problema cardiovascular.

Pero es que hay un problema añadido, que esta patología es asintomática, no produce molestias, no duele… Así que vigilarla regularmente no es ninguna tontería. Con la pandemia entrando en la cuarta ola lo más probable es que nuestras visitas al centro de salud se hayan reducido mucho.

Así que probablemente lo que estemos haciendo es controlarla en casa, con nuestros propios aparatos. Pero ¿lo hacemos bien?

Según la Fundación del Corazón hay una serie de reglas básicas que debemos seguir para estar seguros de que nos estamos midiendo bien la tensión en casa.

¿Qué niveles nos deben alertar?

La fuerza de la sangre da dos medidas, la sistólica, conocida como la alta, y la diastólica, la baja. Según los especialistas en cardiología, para saber si se la tensión se encuentra por encima o por debajo de los niveles considerados como saludables, debemos tomar estas cifras como referencia:

Prevenir la hipertensión

Además de vigilarla periódicamente, los cardiólogos aseguran que podemos mantener a raya las niveles de tensión arterial siguiendo tan sólo 3 reglas básicas: