«Antes muerta que sencilla», decía la canción. «Para estar guapo hay que sufrir», decimos muchos. La moda siempre está presente y las ganas de verse bien las tenemos (casi) todos.

Cada vez nos cuidamos más, hacemos más deporte y estamos más pendientes de cómo nos vestimos, cómo nos peinamos…

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En la Gran Bretaña medieval también se hacía. No somos los primeros en cuidar todo lo que tiene que ver con nuestra imagen. Pero la diferencia es que ahora, mayoritariamente, no ponemos en riesgo nuestra salud para llevarlo a cabo.

No es casualidad referirnos a la historia de Gran Bretaña ni a la época medieval. Y es que, investigadores de la Universidad de Cambridge han demostrado cómo sus antecesores sufrieron una auténtica epidemia de «hallux valgus».

Esto es ¡una plaga de juanetes!

En torno al año 1300 en plena era medieval británica, tal y como confirman los análisis de Cambridge sobre los restos óseos encontrados en la ciudad donde se ubica el centro universitario, los juanetes se volvieron norma entre los habitantes de esa sociedad.

Una afección que posteriormente provocó un aumento considerable del número de fracturas, algo más grave que los juanetes.

Este aumento de «hallux valgus» coincide, curiosamente, con el momento en que se pusieron de moda en aquella sociedad medieval los famosos zapatos puntiagudos que todos habremos visto alguna vez en las películas.

Esta deformidad menor, como la definen los expertos, el dedo más grande se inclina hacia afuera y se forma una protuberancia ósea en su base, en el interior del pie.

«Investigamos los cambios que ocurrieron entre el alto y el último período medieval y nos dimos cuenta de que el aumento del hallux valgus con el tiempo debió deberse a la introducción de estos nuevos estilos de calzado», indica el doctor Piers Mitchell del Departamento de Arqueología de la Universidad de Cambridge.

El análisis de los restos encontrados

Los restos óseos encontrados en Cambridge, Reino Unido, aparecieron en el centro de la ciudad, en parcelas destinadas al entierro de miembros ricos de aquella sociedad, además de clérigos.

Restos que fueron encontrados en cuatro ubicaciones diferentes dentro del entorno de la urbe británica: un hospital benéfico, los terrenos de un antiguo convento agustino, un cementerio parroquial local y un cementerio rural junto a un pueblo a unos seis kilómetros al sur de la ciudad de Cambridge.

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Este estrato social, por su posición dominante en lo económico y poder vestir a la moda, tendrían más probabilidades de haber tenido juanetes.

Es más, solo el 3% de los ciudadanos analizados que vivían en entornos rurales padecían, por los signos estudiados, esa deformidad menor del «hallux valgus». Por el contrario, casi la mitad de los encontrados en el convento y la parroquia, el 43% concretamente, llevaban las marcas de los juanetes.

Para llegar a esta conclusión los investigadores de Cambridge analizaron 177 esqueletos y llegaron a la conclusión de que los restos datados entre los siglos XIV y XV tenían un 21% más de signos evidentes de haber sufrido «hallux valgus».

Esta conclusión, unida a cómo el estilo de los zapatos cambió de forma significativa a raíz del siglo XIV, hace entender a los investigadores de Cambridge que fue esta circunstancia la que provocó la deformidad en los pies de los británicos medievales.

Una situación que era sabida y conocida por la sociedad de la época como demuestran las leyes promulgadas en 1463 por el rey Eduardo IV que limitaba la longitud de la punta a menos de dos pulgadas en Londres.

Se le intentó poner coto a la plaga de juanetes, pero ya era tarde.

El estudio ha sido publicado en la revista científica International Journal of Paleopathology, donde el equipo del proyecto After the Plague de la Universidad de Cambridge sostiene que estos zapatos «poulaine» fueron los que provocaron el aumento de los juanetes en la Gran Bretaña medieval.