Ya estamos otra vez. No salimos de una para entrar en otra, y lo que tantas veces nos advirtieron los científicos sobre el peligro de las mutaciones, parece estar obligándonos a dar un nuevo paso atrás en esta pandemia.

Ya nos ocurrió algo parecido el verano pasado, donde cantamos victoria demasiado pronto y acabamos asistiendo aterrados a una segunda ola llena de contagios, hospitalizaciones y muertes.

Y de nuevo parece que los políticos, ávidos de dar buenas noticias como sea, se han dado más prisa que los científicos y han decretado la libertad para los rostros de sus ciudadanos en plena explosión de la variante Delta.

En España no llevamos ni una semana desde que el gobierno anunció «la vuelta de las sonrisas», cuando asistimos a un debate mundial sobre si hay que volver a las mascarillas.

El cubrebocas que muchos planteaban como una pelea entra las libertades individuales y las atribuciones de los gobiernos, vuelve a estar de máxima actualidad.

La Variante Delta en el mundo

El mundo se ha vuelto a topar con una amenaza importante que no hemos sabido prever.

Ahora ya se puede decir abiertamente que nos enfrentamos con una nueva variante del coronavirus altamente infecciosa y que se propaga rápidamente por todo el planeta.

La que comenzó llamándose «doble cepa mutante», luego variante de la India y ahora «Variante Delta», está ya presente en al menos 85 países.

En Reino Unido supone ya el 90% de los casos y ha obligado a retrasar al menos un mes lo que ellos llaman «El día de la Libertad».

Australia, que era la envidia de todos cuando veíamos los estadios llenos de gente disfrutando del deporte en directo y sin mascarillas, hace dos días ha decidido volver a confinar alguna de sus grandes ciudades.

Concretamente en Sidney, la ciudad más poblada de Australia, se originó un foco a partir de un conductor que trabajaba para tripulaciones de aerolíneas y que dio positivo a mediados de junio. La reacción de las autoridades es que toda la ciudad ha entrado en un confinamiento obligatorio de dos semanas, que empezó el domingo 27 de junio.

Y en otras grades ciudades, como Camberra (capital federal del país), Queensland o Perth se ha declarado de nuevo obligatorio el uso de mascarillas.

En Israel se enfrentan al aumento de casos como si fuera un nuevo brote y el nuevo presidente, Bennett, manifestó que el uso de mascarilla volverá a ser obligatorio en espacios interiores y en grandes reuniones públicas al aire libre.

En los países de la región de Asia y el Pacífico ahora están volviendo a imponer restricciones y pidiendo a la población que se quede en casa a medida que la variante delta se va haciendo fuerte.

El gobierno de Malasia dijo el lunes que las órdenes de permanencia en casa a nivel nacional se extenderían indefinidamente.

En España la prohibición de la mascarilla sólo se ha quitado para espacios al aire libre y con distanciamiento.

No hay postura única, pero la OMS no duda

En Estados Unidos esta nueva variante representa ya 1 de cada 5 infecciones, y creciendo. Por eso el país que anunció el primero el fin de las mascarillas, se replantea ahora las medidas a tomar.

Y aunque los CDC (Centros de Control de Enfermedades) todavía no han cambiado de opinión, la declaración de la Organización Mundial de la Salud pidiendo que todos, incluidos los vacunados, utilicen mascarillas para detener la propagación de esta variante, ha surtido efecto.

Por ejemplo, los funcionarios de salud del condado de Los Ángeles acaban de recomendar que «todos, independientemente de su estado de vacunación, usen mascarillas en lugares públicos como medida de precaución».

Mientras, en otras zonas como Chicago y la ciudad de Nueva York dijeron ayer el martes que no tenían planes de revisar los requisitos de las mascarillas. Pero podrían cambiar de criterio en cualquier momento si la trayectoria de la variante Delta hace que las preocupaciones se intensifiquen.

Hemos visto amenazas parecidas, pero…

Esta no es la primera vez que el mundo se ha enfrentado a una variante más contagiosa del coronavirus. La cepa británica, ahora llamada variante Alpha, golpeó a Gran Bretaña y paralizó al resto de Europa a principios de este año.

Pero aunque esa variante se convirtió en predominante a nivel mundial, la vacunación frenó considerable su rápido ritmo de propagación.

Lo grave ahora es que se cree que Delta es aún más temible.

Mucho de lo que se sabe sobre esta nueva variante se basa en su propagación en India y Gran Bretaña, pero la evidencia preliminar indica que es quizás dos veces más contagiosa que el coronavirus original, SARS-CoV-2.

¿Funcionan las vacunas a la primera?

Lo que se sabe en estos momentos es que entre las muchas mutaciones de la variante hay algunas que pueden ayudar al virus a esquivar parcialmente el sistema inmunológico.

Varios estudios han demostrado que, si bien las vacunas actuales son eficaces contra Delta, los son menos que contra la mayoría de las otras variantes.

Y en los casos de las personas que han recibido solo una dosis de un régimen de dos dosis, la protección contra la variante se reduce significativamente, en comparación con la eficacia contra otras formas del virus.

Por eso la OMS para volver a pedir el uso de las mascarillas.

Y su asesor principal, doctor Bruce Aylward, dice que

– «una vez que te hayas vacunado por completo, debes seguir yendo a lo seguro, porque podrías terminar formando parte de una cadena de transmisión». O lo que es peor: descubrir que realmente no estabas del todo protegido.

La prueba de que la OMS puede tener razón la encontramos en que incluso los países con tasas de vacunación relativamente altas han visto un aumento en las infecciones impulsadas por la variante Delta.

Gran Bretaña, donde dos terceras partes de la población han recibido al menos una dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech o AstraZeneca y poco menos de la mitad han recibido ya las dos dosis, está teniendo que enfrentarse hoy a un fuerte aumento de las infecciones por la variante Delta.

Por si puede servir de pista para nuestra decisión particular, que es la más importante, el principal médico de enfermedades infecciosas de Estados Unidos, doctor Fauci, ha calificado a la variante como «la mayor amenaza» para eliminar el virus.

Variantes y mutaciones del coronavirus

Los científicos lo explican muy bien, aunque los políticos no tanto.

– Si realmente la pauta de vacunación completa impide que desarrollemos una versión grave de la Covid-19.

– Si por mucho que convivamos con el coronavirus no nos vamos a ir al hospital ni a morir

– ¿Dónde está el problema?

La primera razón es que estamos comprobando que incluso los vacunados con la pauta completa pueden contagiarse.

– Eso pone nerviosos a los investigadores, ya que esas personas pueden infectarse y transmitir el virus a otros incluso sin saberlo, en el caso de que sean asintomáticas y nunca enfermen.

Cada contagio es una nueva opción que le damos al virus para que mute, con el tremendo peligro que conlleva.

– Porque eso multiplica la posibilidad de que aparezca una variante de escape que pudiese dar al traste con todo lo que hemos avanzado, y obligarnos a volver a empezar de cero.

Otra cuestión es que un contagiado asintomático, contagia.

– Y se convierte en una amenaza para todas aquellas personas que están sin la inmunidad necesaria. Sin saberlo, que es lo peor.

Y la última razón está en lo que se ha dado en llamar el Covid persistente, una dolencia que afecta también a los asintomáticos, y que es grave.

– Aún no sabemos si con el tiempo podría afectar a personas vacunadas que tengan el virus sin síntomas.

Por todas estas razones se multiplican las recomendaciones de utilizar mascarillas y mantener todas las normas de prudencia que tan bien nos hemos aprendido en este ya largo año de pandemia.